22-11-2024 05:14:45 PM

Sí podría haber candidata, pero en el PAN

Por Valentín Varillas

 

Cada vez toma más fuerza la versión de que, Acción Nacional, con la venia de los partidos con los que todavía mantienen una supuesta alianza opositora, mandaría a una mujer a competir por la gubernatura de Puebla. 

El amarre, tendría que ver oficialmente con la necesidad de cumplir con la famosa cuota de género. 

Y es que, hasta el momento, en el presupuesto electoral blanquiazul -con o sin alianza- se tiene contemplado que lleven candidato hombre en Chiapas, Tabasco, Yucatán y Morelos. 

Ahí son, sin duda, los perfiles más competitivos. 

Candidatas mujeres están consideradas para Guanajuato, Jalisco y la Ciudad de México. 

Por lo tanto, quedan Puebla y Veracruz como estados que definirán los equilibrios. 

La oposición jarocha quiere, a como dé lugar, llevar como abanderado a Fernando Yunes Márquez. 

Fue alcalde de la capital del 2018 al 2021 y antes, senador de la República.  

De la mano de su padre, Miguel Ángel Núñez Linares, intentó heredarle el cargo a su hermano, Miguel Ángel, a quien el Tribunal Electoral federal le retiró la candidatura por no poder comprobar tres años de residencia en la entidad. 

 

Su esposa, Patricia Lobeira, fue al final la candidata y hoy despacha como alcaldesa. 

Los Núñez, en teoría, además de una importante influencia en el mundo político, social, empresarial y hasta en el subsuelo del vecino estado, tienen recursos de sobra y la capacidad de operación electoral suficiente para competirle a Morena.  

Las encuestas, todas, ponen como puntero a Fernando Yunes y como segundo a otro hombre: el senador Julen Rementería. 

Y aunque en términos de la preferencia ciudadana por partido, los números muestran una ventaja muy importante de Morena, con Yunes Márquez como candidato se acorta la brecha. 

Un escenario idéntico al de Puebla; sin duda.  

Aquí, Eduardo Rivera es el perfil más competitivo y por mucho. 

Sin embargo, a diferencia de Yunes, el edil poblano no está muy convencido de competir por la gubernatura de Puebla. 

Ha puesto en duda y con mucha razón, el compromiso del PRI local con la alianza. 

Ese priismo poblano cuyos liderazgos están al servicio del oficialismo y operan desde varias trincheras a favor de los intereses electorales de Morena. 

De eso no hay ninguna duda. 

Aquí también, el posicionamiento por partido se lo lleva de calle el partido guinda. 

La diferencia es que, al ponerle nombre y apellido al candidato o candidata, aparece en segundo lugar Ana Teresa Aranda. 

Un perfil ya conocido y bien posicionado en la entidad, que si bien ha fracasado un par de veces en su intento por gobernar el estado, ganó en el 2021 la diputación federal por el distrito 9 con cabecera en la capital. 

Sería un magnífico Plan B, si Rivera Pérez con la frialdad y el realismo que se requiere en estos casos, no competir en un proceso en donde no vea posibilidades reales de ganar. 

En este escenario, a pesar de una potencial derrota, el panismo tradicional se fortalecería y mantendría el control del partido, en un escenario de abierta disputa con lo que queda del morenovallismo. 

Por cierto, uno de los personajes que más apoyan el que en Puebla el PAN lleve a una mujer como candidata a la gubernatura es Jorge Romero Herrera, diputado federal, quien ante la tibieza y falta de resultados de su líder nacional, Marko Cortés, tiene cada vez más fuerza al interior del partido, además de una mayor injerencia en la estrategia electoral del partido, de cara a los comicios de este y el próximo año. 

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