25-11-2024 04:01:56 PM

¿Nuevos enfrentamientos?

Por Jesús Manuel Hernández

La mañana del sábado en el zócalo de Puebla apareció la llamada “Célula Puebla” del Congreso Nacional Ciudadano, una entidad fundada en 2009 por Gilberto de Jesús Lozano González, en Monterrey y cuyo discurso recuerda a los viejos grupos de la época del anticomunismo poblano.

Aprovechando los semáforos rojos, los miembros de la célula se paraban frente a los automovilistas y mostraban su manifiesto en cartulinas con estas frases: #ParoNacional24deFebrero, #PorUna PueblaSegura, #CadenaHumanaXMx, #ProteccionAFamiliaNatural y #FueraBolardos.

Temas quizá con un común denominador, todos cuestionan a la 4T y al quehacer de la presidenta municipal Claudia Rivera.

Su presencia recordó aquellos tiempos cuando los Fuas y Carolinos peleaban las esquinas del centro para arengar a sus seguidores.

La revoltura de temas, urbanos, sociales, se seguridad e ideología familiar, seguramente busca meter entre los manifestantes varias ideas motivacionales, aprovechando todo aquello de lo que los poblanos se quejan.

Consultada la página del Congreso Nacional Ciudadano en internet, dicen tener a más 2 millones 700 mil seguidores registrados en todo el país.

Entre los postulados del Congreso aparece una “revelación” que seguramente anima a quienes le siguen: Andrés Manuel López Obrador busca cubrir varias etapas formuladas “para instalar el Comunismo en México”, el reportero recordó el sexenio de Luis Echeverría.

Y dice el texto que los pasos a seguir para esta primera etapa entre 2019 y 2020 son:

  • Crear Guardia Militar
  • Someter al poder legislativo y judicial bajo una solo poder.
  • Modificar la Constitución para manejar a discreción el dinero del presupuesto.
  • Equidad de genero
  • Desmistificar a religiones, introducir elementos que confundan con sectas esotéricas.
  • Control de medios, propaganda para impulsar el culto al líder.
  • Agenda progresista (ABORTO, drogas, homosexualismo, relatividad de valores).
  • Grandes proyectos símbolo que acaparen la atención del Poder Comunista.
  • Reformar educación para la igualdad, adoctrinamiento y lucha de clases.
  • Expandir el ejercito de leales al Partido (apoyos, dádivas, cupones).

 

El Congreso además advierte que en una segunda etapa a cubrir entre 2021 y 2022, se contempla el “Control Político y de la población”.

Para ello pronostican sus líderes que el Presidente de México buscará:

 

  • Redes sociales y partidos satélites de apoyo.
  • Reforzar la Lucha por los pobres con la bandera de la Corrupción y el Neoliberalismo.
  • Control Total del Internet.
  • Paramilitares que puedan evadir los Derechos Humanos en caso necesario.
  • Mapear a los empresarios para proponer se vayan marginando o huyendo del país.
  • Más y más gente en el Gobierno, creación de plazas para EL PARTIDO, quitando las que puedan ser vistas como de gobiernos anteriores.
  • Estructura paralela para controlar gobernadores de estados.
  • Mecanismo de control del dinero vía tecnología.
  • Control de bancos.

 

O sea, los casos de Venezuela y la ex URSS se quedan cortos.

El tema es delicado, siguen existiendo grupos quizá de buena fe, movidos por ideas que en el pasado fueron exitosas, como el anticomunismo, un asunto que para los poblanos no es nuevo, entre 1960 y 1980 la sociedad poblana ya vivió divisiones ideológicas que dieron al traste con el crecimiento económico.

Mientras Puebla confrontaba las ideologías, los empresarios de Monterrey crecieron en sus industrias y negocios. Varias generaciones se perdieron en esa época y heridas profundas aún persisten entre algunas generaciones.

En la Célula Puebla no aparece un dirigente, pero seguramente seguirán convocando al paro nacional del próximo mes y alguien tendrá que dar la cara.

El discurso recuerda sin duda a los criterios ideológicos de Salvador Borrego, ideólogo que con sus libros “América Peligra” y “Derrota Mundial” animó a las juventudes poblanas de la época, e influyó notablemente en la información censurada de El Sol de Puebla, cuando fue su director.

Polvos de viejos lodos.

O por lo menos, así me lo parece.

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