El trascendido fue publicado por Ciro Gómez Leyva y es una campaña para apuntalar la figura del Secretario de Gobernación como el candidato del Presidente para 2018.
Una vez descartado Luis Videgaray, Chong es el alfil del presidente desde su desdibujado gabinete.
Hay secretarios que aspiran a terminar el sexenio: Chuayfett, Rosario Robles y Murillo Karam, especialmente.
Otros –como Ruiz Esparza y Videgaray– se aferran al cargo porque las decisiones de su jefe los dejaron mal parados o porque sus yerros son sobrepesos en el largo viaje hacia 2018.
Pero el Presidente necesita alfiles y es probable que Chong tenga el respaldo de Peña.
El Presidente quiere tener dos cartas para jugar la carrera de 2018.
Una carta en el PAN –en ella es claro que sus afectos están con Rafael Moreno Valle–.
La otra en su partido, el PRI, y se llama Miguel Ángel Osorio Chong.
Tlatlaya y Ayotzinapa son sus sellos, pero su “imagen conciliadora” y su capacidad de negociación son cartas que cree(n) suficientes para pasar de Bucareli a Los Pinos.
Viejo zorro, Osorio sabe que dejar Gobernación significaría dejar de ser la mano dura del régimen.
Chong renunciaría para tratar de ser Dirigente del PRI y evitar que Beltrones controle el partido y se imponga como candidato en 2018.
Una frase retumba en el ambiente.
La dijo Manlio Fabio al declinar a favor de Peña Nieto en el proceso de 2012.
Beltrones afirmó: “Mañana empiezo otra vez”.
La supuesta renuncia de Chong es el mensaje desde Los Pinos contra ese mañana.
Tomorrow never dies?