Por Alejandro Mondragón
Ni tocó gobernadora.
Tampoco senadora.
Menos alcaldesa de la capital.
Sí, las tres posiciones más relevantes en la política poblana quedaron en manos de hombres: Casa Aguayo, primera fórmula al Senado y Palacio Charlie Hall.
Y en los tres partidos políticos.
¿Qué pasó en verdad con el género?
No creo que tooooodos los institutos partidistas se hayan puesto de acuerdo para excluir a la mujer.
En el caso de las alianzas morenista y panista con Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, respectivamente, se dieron por obviedad espacios al género.
¿Qué hicieron Sheinbaum y Gálvez que no lograron las mujeres poblanas que tanto pregonaron eso de que les tocaban los cargos?
Claudia y Xóchitl no dejaron de operar, generar consensos y alcanzar acuerdos en sus respectivas trincheras. Igual se les veía en redes sociales, pero siempre en la calle, en la colonia, en reuniones con diferentes sectores, en la conquista del apoyo.
Ambas transitaron por procesos internos en los que caminaron también las poblanas. Sólo que ellas ganaron a los hombres por ser competitivas y las de aquí perdieron.
Los partidos sí brindaron espacios a mujeres en otros estados, en los que evidenciaran competitividad. Aquí en Puebla en lugar de chingarle en la calle se esperaba que les tocara por el hecho de ser mujer.
Al “si cae género femenino”, le apostaron y en el pecado llevaron la penitencia.
Ahora, qué explicación darán a la sociedad, a la que tanto se le machacó que tocaba gobernadora, senadora y alcaldesa y pues no.
Apenas salieron de su zona de confort y perdieron todas las nominaciones.
La plaza en cualquier sentido se había cedido.
Dejen de vender espejitos y mejor hagan política en la vida real, no en la digital.
Nadie las bloqueó, censuró, simplemente no ganan elecciones por sí solas.
