28-03-2024 05:39:36 PM

Día de campo para Morena

Por Valentín Varillas

 

Solamente que sucediera una catástrofe política de dimensiones gigantes, Morena no ganaría 5 de los 6 estados en donde habrá elecciones el próximo domingo.

Todas las encuestas publicadas sobre preferencias electorales así lo indican.

Sin embargo, la política no tiene palabra de honor.

Dista mucho de ser una ciencia exacta.

La estadística se queda corta al momento de predecir el resultado de una elección, cuando intervienen factores como un atípico nivel de participación o bien los alcances de la operación electoral que se realiza desde distintas instancias públicas a favor de tal o cuál candidato.

En la coyuntura del domingo, hasta estos elementos parecen jugar a favor del partido de López Obrador.

Históricamente, elecciones concurridas favorecen a la alternancia.

Y en todos estos estados, gobiernan el PRI y el PAN.

Ninguno de Morena.

Además, los mandatarios de estas entidades parecen estar felices de haber rendido ya la plaza, para ganar impunidad absoluta y, en una de esas, hasta poder permanecer vigentes en las grandes ligas de la política nacional.

Los casos más emblemáticos de quienes abonan a los intereses electorales de Palacio Nacional son los de Alejandro Murat en Oaxaca, Omar Fayad en Hidalgo y Carlos Joaquín Gonzáles en Quintana Roo.

Un poco de rebeldía en el caso de Francisco Javier García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, a quien ya pusieron quieto con la resolución de los ministros de la Corte sobre la negativa del congreso de ese estado de iniciar un proceso de desafuero por acusaciones de delincuencia organizada y lavado de dinero.

Pero hasta ahí.

En teoría, todo bajo control.

A pesar de que en Aguascalientes, el PAN y sus aliados llevan una cómoda ventaja de más de 20 puntos, los principales liderazgos de Morena aseguran que ganarán todos, absolutamente todos los estados que estarán en juego.

¿Cómo reaccionarán ante su inminente derrota en este bastión del blanquiazul?

¿Qué harían si, por cualquier razón, por descabellada que parezca, pierden algún otro estado?

La historia del discurso público que ha ensayado el actual grupo en el poder nos indica que, sin duda, recurrirían a la siempre rentable retórica del fraude.

Al infaltable victimismo.

Al recurrente discurso de ataque a los organismos electorales locales para proceder a la estrategia de su destrucción, en un afán de centralizar todo lo que tenga que ver con los procesos de selección de gobernantes y representantes populares.

A las marchas, plantones y cierres de calles.

A la toma por asalto del espacio público, el de todos, si la realidad no se ajusta a su visión.

Pero, repito, es el escenario menos probable.

Así lo ven y entienden los estrategas y operadores del presidente.

Saben que la oposición está entregada.

Que sus gobernadores no quieren verse en el espejo de El Bronco y que saben que , ni de chiste, tienen las armas ni los argumentos para resistir los embates del “aparato oficial”.

Un día de campo para Morena el domingo.

Como eran días de campo las elecciones en aquellos oscuros tiempos del régimen de partido único priista.

No cabe duda: el presente ya es una copia al carbón de un pasado que, desde hace dos décadas, creíamos superado.

“La historia es cíclica”-nos adelantaron desde hace siglos algunos grandes pensadores.

Juro que ya les creo.

 

 

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