19-04-2024 10:28:31 PM

A repartir los costos de la pandemia

Por Valentín Varillas

 

El presidente y sus asesores lo saben: un fracaso rotundo en la estrategia de combate al Covid-19, resultaría demoledor para la imagen y confianza de la figura presidencial.

Los números empiezan a mostrarlo con total contundencia.

Existe una sostenida tendencia a la baja en la aceptación del jefe del ejecutivo, que en parte se explica a partir de la opinión ciudadana en torno a las acciones tomadas por el gobierno federal en el plano sanitario y de salud pública, pero sobre todo, en términos de la poca confianza que existe en que AMLO y sus huestes vayan a ser capaces de mitigar con éxito la crisis económica detonada por el coronavirus.

Ante este complicado escenario, les urge tomar medidas que eviten que las encuestas  que miden la opinión ciudadana ante el desempeño presidencial signa mostrando tendencias a la baja de manera consistente.

Una de ellas, será el trasladar parte del costo político de la pandemia, a los gobernadores.

Y es que, aunque la federación emitirá una disposición de carácter general con los criterios que deben de aplicar los estados para la mitigación de la pandemia, llamó mucho la atención el amplio margen de libertad que en los hechos tendrán los gobernadores, para dar disposiciones relativas a la emergencia.

Semáforos propios que, aunque en teoría sujetos a la coordinación con el gobierno federal, detonarán realidades muy distintas entre estados de la República.

La implicación política es inminente y hay quien le apuesta a desmarcarse del presidente López Obrador, apostando al fracaso de su estrategia.

Es el caso de ocho gobernadores -ninguno emanado de Morena-, quienes hace unos días  presentaron su propia estrategia.

La llaman “La Nueva Convivencia Social” y se creó debido a que , en su óptica, la estrategia del gobierno federal contra la epidemia de COVID-19, ha estado separada de la realidad y las necesidades de sus estados.

Pintaron su raya y se la jugarán solitos.

Para bien o para mal.

En el caso del gobierno de Puebla, sin romper con el federal, es evidente que hay un discurso y un tratamiento de la crisis.

No hay optimismo en el discurso oficial, al contrario.

Se sigue haciendo hincapié en las medidas del distanciamiento social, se reconoce abiertamente que los indicadores numéricos de la pandemia y los altos índices de movilidad social preocupan mucho y en función de esta realidad, se sigue tomando con mucha cautela el regreso a “la nueva normalidad”.

El qué tan bien o qué tan mal sea evaluado el desempeño de un gobernante en tiempos difíciles como los actuales, será fundamental en la evaluación final de su gestión.

Van en el barco quienes comparten partido, logos e ideología.

No se trata del naufragio de un solo hombre.

Aquí se juegan proyectos personales y derroteros políticos de estados electoralmente estratégicos para determinar qué tipo de país tendremos de cara al 2024.

No es poca cosa.

About The Author

Related posts