Por Alejandro Mondragón
Fue el primer personaje que llegó al equipo de la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco.
Se convirtió en uno de sus hombres de mayor confianza, al grado de ser coordinador de la campaña de Morena, PT y PES a la presidencia municipal de Puebla en 2018.
Junto con Javier Palou y Andrés García Viveros, en la Oficina de la Presidencia, formaron el tridente que todo controlaba y maquillaba datos a la alcaldesa. Ambos hoy andan más que enfrentados y…
Ollín Rivera Moreno fue despedido de manera fulminante hace unos días.
A Rivera Vivanco seguro le dolió, pero fue tajante ante las evidencias de corrupción en la que incurrió quien se supone además era más que cercano.
Ollín cometió el pecado de pedir moches a nombre de la autoridad. Y eso no lo permitió más.
Se estima que solicitó más de 15 millones de pesos de dinero mal habido en gestiones inexistentes y a nombre de tercera persona.
Se fue por la puerta trasera. Ya no está más en el Ayuntamiento, aunque ahora anda en busca de colarse en el municipio de Xalapa, Veracruz.
Ollín, a quien su ex esposa señaló de robarse el dinero de la alcancía de su hijo, se dedica a disfrutar de lo que se llevó en la compra de coches y casas.
De aviador en la prepa Benito Juárez de la BUAP pasó a Gobernación Municipal hace un par de años, donde fue despedido por cobros indebidos en los baños de los mercados de la capital.
Medios poblanos acusaron a Rivera de tener vínculos con la delincuencia por la detención de su hermano en el robo de bancos, según consta en la Averiguación Previa 377/2011.
Ya en el gobierno municipal de Morena fue designado por Rivera Vivanco como director de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial, desde donde operó con desaseo la elección en juntas auxiliares.
La 4T también tiene sus renglones torcidos, pero a diferencia de otros gobiernos priistas y panistas, quien la hace, la paga.
Defenestrado por abuso de confianza.
Se puede tolerar inexperiencia y quizá alguna incompetencia, pero pillerías así, menos a nombre de la alcaldesa, jamás.
