De entrada, en altos círculos políticos llamó la atención el hecho de que, en la víspera del evento, el mandatario poblano haya tenido un par de reuniones “urgentes” con Aurelio Nuño, el jefe de la oficina del presidente de la República.
Lo anterior, fue catalogado como “atípico” por quienes conocen la dinámica tradicional del manejo de la agenda del funcionario federal.
En este contexto se dio otro hecho por demás extraño y quizás nunca antes visto en un gobernador emanado de un partido político diferente al del presidente: el que el de Puebla decidiera publicar en 9 diarios de circulación nacional una inserción pagada en donde se reconoce y agradece el apoyo de Enrique Peña Nieto en las acciones realizadas en este cuarto año de gobierno estatal.
Al mismo tiempo, un grupo de 8 mil integrantes de diversas organizaciones sociales partían a la ciudad de México para instalarse en plantón frente a las oficinas de la Secretaría de Gobernación federal en protesta por la “política autoritaria” del gobernador de Puebla que tiene a cientos de opositores en la cárcel.
El contingente no tuvo que enfrentar el menor obstáculo para cumplir con su objetivo y fueron atendidos con rapidez atípica por el subsecretario Luis Miranda, supuesto interlocutor del gobierno federal con Moreno Valle para temas de gobernabilidad.
A la par, César Camacho, presidente del CEN del PRI, daba línea a legisladores y dirigentes partidistas para que no asistieran al informe.
De esta manera, senadores, diputados locales y federales además de los líderes del tricolor brillaron por su ausencia.
Más allá de que el boicot pudiera parecer mínimo en términos del número de ausencias, es evidente que la resolución de Camacho no fue tomada de manera unilateral y tuvo que ser avalada por la presidencia de la República.
En la forma de hacer política priista, lo anterior es un requisito fundamental.
Esto no tienen nada que ver von la asistencia de delegados federales —cuestión de estricto apego a los criterios políticos más elementales— y que se empata con la presencia de Gerardo Ruiz Esparza, quien vino al informe con la representación del presidente Peña.
Por cierto, otra cuestión extraña involucra al propio Ruiz Esparza.
Y es que, el secretario federal pidió expresamente no hacer uso de la palabra en el evento cuando un día antes, en el informe del tlaxcalteca Mariano González Zarur, sí emitió un discurso.
Raro, muy raro, porque Gerardo Ruiz Esparza se había caracterizado por sus benévolas palabras al gobernador de Puebla, en actos de inicio de obras realizadas de manera conjunta entre niveles de gobierno.
En esta ocasión, optó o lo obligaron a optar por el silencio.
El día después del faraónico informe, llamó la atención la escasa cobertura hecha por los medios nacionales.
En años anteriores, el evento merecía espacios de privilegios en los informativos principales de las cadenas de televisión y las principales estaciones de radio.
En esta ocasión y ya con un vocero experto en el trato y manejo con los principales medios del país, la atención prestada al informe fue, por decir lo menos, muy modesta.
La cereza del pastel es la agenda del presidente Peña Nieto para este lunes.
El gobierno de Puebla envió a los encargados de la coordinación de giras presidenciales una propuesta con 10 eventos en donde podría tener participación activa el jefe del ejecutivo federal.
De ellos, únicamente la inauguración del nuevo Hospital para el Niño Poblano fue aceptado.
Si bien es imposible integrar la totalidad de los eventos propuestos, normalmente el presidente asiste a dos o tres de ellos, para aprovechar el desplazamiento hacia una entidad federativa determinada.
Hoy, en Puebla, inaugura y se va.
¿Forma o fondo?
¿Continuidad o ruptura en la relación?
¿Tendrá que ver todo lo anterior con el empoderamiento absoluto que ha tenido el grupo del gobernador de Puebla al interior del PAN nacional y lo que esto puede influir en el resultado del proceso federal de mediados de año?
¿Podría ser que el gobernador de Puebla ya es oficialmente visto por el grupo político del presidente como un potencial rival que podría obstaculizar el proceso de sucesión presidencial en el 2018?
