Por relaciones familiares se sabe que ese fatídico sábado hubo una reunión del clan Herrero, de unos 100 integrantes.
Evidentemente se sabía que acudirían a la fiesta todos los hijos de la señora Arandia viuda de Herrero, entre ellos José Manuel y Fernando.
Fuentes de inteligencia revelan que el verdadero objetivo del asesinato era Fernando, ex alcalde de Tehuacán, ex senador del PAN y destacado miembro del sector empresarial de Puebla.
Su muerte en esas circunstancias abonaría mucho más al ambiente de inestabilidad que se vive en el país y golpearía tanto a Peña Nieto como a Moreno Valle.
Y es que es más evidente el enfrentamiento público entre el gobernador de Puebla y la alcaldesa de Tehuacán, Ernestina Fernández, quien hoy es víctima de una campaña morenovallista en medios para achacarle la ejecución de José Manuel por negarse a replegarse a sus políticas de obra y de seguridad pública.
En Tehuacán quisieron meterle un golpe letal a Peña Nieto y Moreno Valle, pero todo apunta a la teoría de la confusión de personajes, entre los sicarios.
El gobernador expresó que José Manuel era su amigo personal, cierto. Los unió Fernando, quien siempre desde el PAN impulsó los intereses de Moreno Valle para el 2010.
Herrero además de su estrecha relación con Moreno Valle decidió renunciar al PAN, junto con su esposa, en el 2012 y dedicarse a los negocios.
En esta hipótesis, habría que esperar algún otro crimen sobre algún personaje poblano con la finalidad de atizar la hoguera de la inestabilidad nacional.
¿Regresarán por Fernando?
¿Acudirán a otro municipio de importancia geopolítica para Moreno Valle?
¿La capital del estado será el nuevo punto de interés?
Se prendieron los focos rojos en la recta final del 2014 e inicio del 2015.
Menos espionaje político y más inteligencia contra el crimen organizado.
Una chispa se necesita para incendiar la aldea.
¿Quién está detrás de este tipo de ejecuciones?
