Todos, por sentido común, aceptan que es el precandidato más débil, el menos conocido… y el que más desatinos verbales ha tenido. Todos conocemos de su habilidad para meterse en problemas cuando quiere comentar cuestiones macroeconómicas del país.
Y es que Cordero, creo, es un personaje inteligente y preparado, eso nadie lo duda. Un estupendo tecnócrata –por usar el mote salinista- itamita (dícese de los economistas egresados del ITAM, quesque muy salsas). El problema es que tiene la gracia de un economista… y quiere ser candidato a la Presidencia de la República. O al menos en eso quiere embarcarlo el propio Calderón.
A veces da la impresión de que el mismo Secretario de Hacienda no está tan seguro de ser ese candidato… ni querer dicho encargo. Como que se nota forzado por las circunstancias y desde luego por el imperativo calderonista.
Y lo peor que le puede suceder a un político es no querer ni estar convencido de ser candidato a un cargo de elección popular. Nunca dará el esfuerzo total, estará inseguro, querrá que la realidad fuera otra… El típico problema de alguien que no quiere un compromiso pero lo están obligando a aceptarlo.
Vaya, si algo debemos reconocer que tuvo y tiene Rafael Moreno Valle Rosas es el querer, desear con toda el alma las candidaturas que se ha propuesto. Hasta la obsesión, por cierto. Y eso es lo que le falta a Cordero: Desear realmente la candidatura presidencial.
Y no dudo de que pudiera ser un mandatario ordenado y eficaz, como buen tecnócrata. El problema es que esos difícilmente ganan elecciones… a menos que quien lo promueve haga un uso descarado y absurdo del aparato estatal para imponer a toda costa a quien desea como sucesor. Pero eso no siempre sucede: Acuérdense de Fox con Creel.
Porque el que sí está obsesionado con el objetivo de que no gane el PRI la Presidencia es otro. Y casi prefiere morir –literalmente- en el intento.
Pero volviendo a Ernesto Cordero, el tímido e inseguro titular de Hacienda, tiene además el peor de los escenarios, que ni siquiera está en sus manos modificar.
La situación económica mundial –lo hemos dicho en este espacio muchas veces- viene directo a un gran colapso provocado por la recesión norteamericana, arrastrando a las finanzas de todos los gobiernos del mundo. Y da la casualidad de que la economía de México depende en un 80 % de la de Estados Unidos de América.
Y Ernesto Cordero es el que supuestamente debe hacer frente a esa adversa realidad. Pero anda más ocupado haciendo precampaña y queriendo caer bien a los panistas (con poco éxito, por cierto; porque los acarreados ni lo conocen), que en afrontar como Secretario de Hacienda el tsunami que se avecina para nuestro país.
Ayer mismo declaró Cordero que ya tiene lista la propuesta de presupuesto para 2012. O sea, que todavía no se le ve fecha para renunciar a su cargo. Pero lo peor –para él-: sus opositores no quieren negociar algo con un probable abanderado panista a la Presidencia, que buscaría verse beneficiado con el manejo presupuestal para su campaña.
Además, los priistas, viejos lobos en el arte de sacar jugo a las coyunturas… quieren obligar a Cordero a que les dé prebendas y beneficios (más presupuesto a Estados, entre otras cosas) si es que quiere que salga adelante su proyecto de presupuesto.
Vaya, el panorama de Cordero es más negro mientras más avanza su intentona. Está metido en un callejón que no tiene muchas salidas buenas: Si se queda como Secretario, mal, pues tendrá que afrontar la crisis que se avecina y cada vez será más difícil dejar el cargo. Y si se va, peor, porque dejaría el barco cuando éste amenaza con hundirse, ante la desaprobación ciudadana general. Con sus respectivas mentadas.
Pero el capricho calderonista sigue en pie, me dicen los panistas verdaderos. Todos ellos saben que Josefina Vázquez Mota puede ser mucho mejor opción (por ser mujer, por atraer el voto del panista hambriento de triunfo, etc.). La propia Organización del Yunque juega con la posibilidad de que ya declinen Emilio González y Santiago Creel a favor de Vázquez Mota, como eso finalmente ocurrirá (así como el pesado de Lujambio declinará por Cordero).
Y es entonces cuando el panorama de Ernesto Cordero se terminará de complicar: Enfrentar en un proceso interno a la figura apoyada por la ultraderecha que controla en buena medida al partido.
Y lo peor (¿todavía hay más?): Existen señales de que algunos operadores calderonistas están apoyando ya a Vázquez Mota con la venia de su jefe: Roberto Gil Zuarth, Patricia Flores y Jorge Manzanera.
En otras palabras: El propio Felipe Calderón no está tan seguro de que su delfín la libre.
O mejor: Efectivamente, lo lanzarán como Corderito al matadero.
¿Y ustedes creen que Rafa no sabe mejor que nadie todo lo anterior?
¿También estará jugando con el pobre del Corderito?
Veremos.
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