Y sí, esa misma realidad que puede provocar que pierdan lo mucho que han ganado (nada más los tres niveles de gobierno).
Aceptémoslo, el famoso –y apestoso- affaire entre Elba Esther Gordillo y Miguel Angel Yúnes, los salpica bastante, aunque muchos de ellos lo minimicen o… de plano ni quieren hablar del tema (no he escuchado a un solo panista de relevancia en Puebla opinar sobre las denuncias y contra denuncias de corrupción entre los otrora amigos).
Pero lo peor, los coloca en un primer serio dilema: Si se colocan del lado de toda la ciudadanía, más intelectuales, periodistas, empresarios y líderes de opinión en general, los panistas deberían estar condenando a Elba Esther Gordillo y su serie de corruptelas, malos manejos, clientelismo, daños a la educación en México y una larga serie de responsabilidades.
El problema es que si atacan a la profesora y se ponen del lado del sentido común, pierden una aliada estratégica, que, aunque lo nieguen, les hace falta ahora más que nunca para poder medio aspirar a ganar la elección presidencial. Vamos, incluso aspirar ya no a tenerla de aliada, sino al menos no de enemiga.
No. Ni el PAN ni Felipe Calderón pueden hoy romper abiertamente con la lideresa vitalicia del SNTE. Tenerla de enemiga declarada un año antes de la elección presidencial es partir con la severa desventaja de tener una víbora venenosa en las manos. No creo que la defenestre el Presidente ni que salgan a la luz pública todas sus transas en el sindicato de profesores. Se seguirá haciendo el desentendido.
Pero si el PAN y el Presidente siguen sin decir esta boca es mía… simplemente estarán confirmando lo que Gordillo ya declaró: Que sí eran aliados y que sí ayudo a Calderón a ganar. Y entonces la opinión pública nacional se revertirá contra el Presidente y su partido. Hemos hecho encuestas sobre el tema en muchos lados y Elba Esther es de los personajes más aborrecidos por la enorme mayoría de ciudadanos. Vaya, tiene un posicionamiento negativo en grado superlativo.
Ahora bien, si el Presidente efectivamente tiene decidido dar un “Elbazo” y buscar la forma de derrocarla de la dirigencia del SNTE, cuestión que sería bien vista por la gran mayoría de mexicanos, entonces en el PAN deberán resignarse a que la Gordillo y su partido Nueva Alianza apoyarán absoluta y decididamente a Enrique Peña Nieto en la contienda presidencial. De hecho es sabido que la Maestra sí simpatiza con el todavía Gobernador de Edomex, pero todavía podría jugar con medio apoyar al candidato del Presidente y del PAN.
¿Con quién, pues, estarán en esta ocasión el PAN y Felipe Calderón?
¿Con la ciudadanía y el sentido común? Entonces deberá perseguir y aniquilar el corrupto poderío de Elba Esther Gordillo. Y ella correría a los brazos de Peña Nieto.
¿Con su conveniencia electorera? Entonces se seguirán haciendo de la vista gorda e intentarán a toda costa conservar la alianza con los operadores elbistas, con tal de tener esperanzas para ganar en 2012. Pero con una mayoría de ciudadanos que rechazarían tal situación… y votarían por Peña Nieto.
En otras palabras, si Calderón persigue a Elba Esther corre el grave riesgo de perder la elección. Pero si no la persigue… también. He ahí el terrible dilema.
Y lo que sí sigue siendo inconcebible es que los líderes e ideólogos panistas, que durante décadas criticaron el nefasto corporativismo sindical del SNTE (y de PEMEX y de la CTM en general, etc.), ahora esperen a ver qué es lo que más les conviene, con tal de intentar volver a ganar la elección presidencial.
Efectivamente, hoy son fieles discípulos de aquel que tanto denostaron en clases, conferencias y estatutos ideológicos: Maquiavelo.
Y es que era fácil criticar todo lo malo que se hacía en y desde el poder para conservarlo. Los priístas eran perversos, maquiavélicos, corruptos y hacían cualquier cosa por mantenerse en el maldito poder.
Sí, hasta que los panistas llegaron a él y entonces… hacen cualquier cosa por conservarlo. Hasta no decir palabra alguna del affaire Gordillo-Yúnes.
Aún cuando todos sabemos hasta la saciedad que el triunfo de hace un año en Puebla fue con la ayuda de Nueva Alianza y los operadores del SNTE que llegaron exprofeso para la elección. Aún cuando todos vimos la alianza que se tejía entre Yúnes, Gordillo y el hoy Gobernador, quien al parecer también ha decidido hacer mutis sobre el tema.
Hoy no dicen ni pío, pues.
Y aunque lo hicieran, saben que inmediatamente se estarán mordiendo gravemente la lengua.
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