Del lunes 1 al sábado 6 de junio no se ventiló en los medios ningún escándalo que cimbrase a la clase política y generase el estupor de la opinión pública. Toda la energía mediática se concentró en difundir la idea de anular el voto como una forma de mostrar el desacuerdo de un amplio segmento del electorado con la partidocracia…
La clase política por su parte, respondió -en su propio dialecto- descalificando a los “anulistas” acusándolos de vulnerar a su “democracia”…
Las fuerzas federales detenían a agentes policíacos en Nuevo León y Veracruz mientras algunos gobernadores seguían clamando a los cielos ante la acometida calderonista que hasta hoy cuenta con un muy amplio respaldo popular. A la gente no le cabe duda de que los gobernadores son incapaces de dar soluciones de fondo y aprueba la acción del Gobierno de la República…
Hasta hoy no ha caído ningún gobernador, pero pudiera ocurrir -después del 5 de julio- pues así se fortalecería al poder presidencial sobre los señores feudales y se atenuaría la argumentación de que no es sino una acción electorera justo cuando todo el sistema está sometido al tremendo esfuerzo que significan los comicios intermedios y la elección de seis gobernadores…
Los más conspicuos dirigentes de la partidocracia se sienten vulnerados por las acciones del presidente y le acusan de “dinamitar los puentes” con la oposición. Desde luego los afectados arguyen que sin ellos el presidente no podrá gobernar la segunda mitad de su sexenio y se dicen traicionados por aquel a quien pretendían hacer rehén…
Ya hemos comentado en este mismo espacio que el presidente está replanteando sus alianzas, dado que aquellas con las que -ineluctablemente- tuvo que iniciar su gestión, fueron mostrando sus costos, pero sobre todo sus limitaciones, justo cuando la fatiga del sistema requiere de apuntalamientos que esos “aliados” son incapaces de dar…
Esto va dejando claro que la alta, altísima apuesta que el presidente ha hecho, está soportada por poderosos aliados que pueden debilitar a los actores tradicionales para impedirles bloquear las iniciativas presidenciales. Esto, conjugado con la crisis mundial, da pauta a las verdaderas reformas que el país exige…
Entre los antes intocables gobernadores se preguntan quien será el que pague los platos rotos… evidentemente no puede ajusticiarse a todos los culpables, pero los que la libren sabrán que ya no volverá a ser como antes, que el poder presidencial está apuntalado desde afuera de la clase política y que ésta -exhibida y exhausta- doblará la cerviz y dirá si señor, lo que usted mande…
La democracia a la que aspiramos los mexicanos llegará impulsada por la inteligentzia que se desempeña al margen de los cargos públicos y a la que los dogmas de izquierda y de derecha no le significan nada. Infundirán fuerza al presidente, que a su vez tendrá que responder a ese apoyo impulsando una profunda reforma del Estado y renovando profundamente a la clase política incorporando a nuevos actores ajenos a las actuales redes de complicidades…
Esperemos unos cuantos días más. La impunidad de la clase política, que a decir del expresidente De la Madrid es la que permite gobernar, está por sucumbir ante la coyuntura de un conjunto de crisis (económica, de seguridad, influenza, credibilidad de los actores políticos) que propician acciones que en otros escenarios serían inconcebibles
El pilar central -el poder del presidente- es vital para mantener en pie a la República, pero los ciudadanos debemos hacernos presentes y aportar lo mejor de nosotros mismos para que la transformación de las instituciones, las reglas de operación de la República y los nuevos liderazgos respondan a ese México justo y próspero al que todos aspiramos…