Pues sí. Por disposición del salvador de la humanidad (FCH), hoy todo debe volver a la normalidad. Porque aunque desde ayer se decretó que gobierno y negocios comenzaran a trabajar ya, la verdad es que con el regreso a clases, ahora sí, todo irá tomando su curso acostumbrado.
Aunque, desde luego, el tema que seguirá permeando casi toda la realidad es el de la influenza y sus secuelas. Y es que francamente hay poco de qué escribir en estos momentos. De no ser por el inicio de las campañas electorales, que de por sí no había despertado demasiado interés ciudadano.
Pero bueno. A partir de ahora sí tendremos que atenderlas. Lo necesario, por supuesto.
Porque no hay cambios importantes al momento: De acuerdo a todos los estudios serios, habrá una enorme cantidad de ciudadanos que no vaya a votar, por un lado. Y por otro, el PRI mantiene una ventaja de entre 7 y 10 puntos porcentuales sobre el PAN en la mayoría de zonas del país (según datos dados a conocer desde ayer por empresas como Mitofsky y María de las Heras).
En Puebla, al parecer, tampoco hay cambios trascendentales. El PRI mantiene su ventaja de unos 10 puntos en la mayoría de Distritos en el Estado, incluidos los 4 de Puebla capital. De cualquier manera, en el BEAP estamos midiendo ya la preferencia en nuestra demarcación municipal y en unos días se las muestro. Sea cual sea.
Y sigo insistiendo en que la ventaja del tricolor no se debe a que sus candidatos sean mejores. Es evidente que son igual de desconocidos y poco carismáticos que todos los del PAN. Pero en esta elección intermedia, como en todas las de este tipo, la poca gente que vota lo hace más inclinada por la marca que por los nombres de los candidatos.
Esta vez no tendría por qué ser distinto.
Al contrario. Si de por sí no hay mucho interés en elecciones intermedias de Diputados, este año las condiciones nacionales iban a acentuar el abstencionismo. Primero por la crisis económica, la carestía, el desempleo y la incertidumbre por el futuro de cada familia. Luego por la brutal inseguridad que se vive en todo el país. Y ahora, además, por la preocupación por la epidemia de la influenza humana.
Y si a todo eso sumamos el poco conocimiento –y escaso carisma- que hay de la mayoría de los candidatos de los principales partidos políticos, pues el escenario se confirma. Poca votación + poco interés por candidatos = decisión “por marca”.
Por eso no hay cambios importantes en las tendencias.
Claro, a menos que ocurran cosas importantísimas en el país en los próximos cincuenta y tantos días de campaña. ¿Usted cree que así sea?
Porque al momento ya estamos viendo las estrategias de campaña de los partidos con posibilidades de obtener triunfos.
En el PAN han optado por la del ataque al PRI. Sus spots hablan de que debemos “impedir el regreso de los dinosaurios” y cosas por el estilo. O sea, revivir el antipriísmo que tantos beneficios le trajo al blanquiazul en el pasado. El problema es que se olvidan de que su partido ya gobierna al país desde hace más de 8 años y que también ya hay un notorio “antipanismo” en muchas zonas del país.
Y aunque hace unas semanas (según algunas encuestas… con las que yo no coincidí, al menos en Puebla o Veracruz) se dijo que la estrategia de los ataques le estaba funcionando al PAN, ahora al parecer todo vuelve a su estado anterior. Y yo no creo que le funcione más. No se está despertando la “oposición” al PRI. O al menos no como antes.
En el PRI están optando por la estrategia cristiana de “poner la otra mejilla” ante los insultos y ataques. Sus spots aseguran que no responderán los perversos ataques de otros y que ellos ahora son “propositivos” por el “bien de México”. Unos mártires, pues.
Y bueno, aunque la campaña no es del todo acertada, les puede funcionar un poco mejor que la de los ataques e insultos. Ya lo veremos en las encuestas.
Y en el PRD, su campaña no está tan mal, hasta eso. Presentarse como un partido que ya no quiere ser conflictivo y sí propositivo, con sus anuncios de la niñita, le puede traer algunas simpatías. En otras palabras, deslindarse de las locuras del Peje.
El problema del PRD es que ya no le alcanza para ganar muchos adeptos. Su posicionamiento negativo desde 2006 le pesará mucho y es casi imposible que gane gran cosa en julio próximo. En Puebla, al menos, prácticamente nada.
Finalmente, los partidos chiquitos se pretenden presentar como una opción distinta a la de los malvados grandes. El problema de todos ellos es que son escisiones y derivaciones de los mismos que tanto critican. Pero lo peor: la gente, simplemente, no los conoce y no se identifica con ellos. No ganarán nada en Puebla.
Iniciamos, pues, las campañas de los aspirantes a ser nuestros “representantes”. La neta… ¿A usted le interesan sus mensajes? ¿Cree que regresen a sus Distritos? ¿Usted le cree a los Diputados?
Aquí vamos otra vez. ¡Uuuuffff!