Ex trabajadores de diversas dependencias de gobierno denunciaron que la administración estatal pretende “jinetear” el dinero de lo que por ley les corresponde como pago proporcional de aguinaldo, ya que no les será pagado en diciembre, como a los demás trabajadores en activo, sino que se los darán hasta después del 15 de enero.
Es decir, mientras para los burócratas federales, el mismo presidente Calderón les creó el programa “Buen Fin” que les garantiza el pago adelantado de sus prestaciones de fin de año y jugosos descuentos en miles de comercios y servicios, para los ex trabajadores que tuvieron el “infortunio” de haber laborado en el sexenio de Mario Marín Torres, les será prácticamente imposible enfrentar los gastos propios de la temporada.
Muchos de ellos, aseguran que han tenido que sufrir el maltrato del actual personal de la Secretaría de Finanzas encargada de seguir el procedimiento, quienes los tratan como mendigos que están yendo a pedir una limosna, como si fuera de su propio bolsillo el dinero que erogarán para pagarles una prestación que por ley les corresponde.
Inclusive, uno de los afectados lamentó que, al preguntar por qué el retraso en el pago del aguinaldo por su sueldo base, le dijeron que “lo viera por el lado amable, que podría enfrentar la cuesta de enero”.
Lo que más molesta al grupo de ex empleados descontentos, es que a pesar de que es una prestación de ley, no son notificados de manera oficial de que pueden llevar a cabo dicho trámite, sino que ha sido una versión que ha tenido que correr “de boca en boca” entre ellos.
Pero no sólo entre los ex burócratas hay descontento, toda vez que se ha confirmado que existe la prohibición expresa del gobernador para hacer fiestas de fin de año en cada una de las Secretarías.
Era ya una tradición que el 12 de diciembre se hicieran las “mañanitas” a la virgen y la “tamaliza” para los empleados; y luego antes de navidad, las dependencias organizarán la comida de Fin de Año con rifas y baile.
Para este año, cualquier secretario que quiera llevar a cabo dichas fiestas tendrá que pagarlas exclusivamente de su bolsillo, toda vez que no habrá permiso para usar recursos estatales, ni siquiera de gasto corriente, e inclusive habrá supervisión especial en Finanzas para que ello no ocurra.
¿Justificado?, puede ser. Desde que llegó el actual gobernador, se anunció el fin del “despilfarro”, pero también es cierto que, ante los embates administrativos que han sufrido los propios trabajadores, con recortes en sus compensaciones, la suspensión de la dotación de gasolina y el pago de viáticos, así como la cancelación de servicios como la dotación de garrafones de agua potable; bien valdría la pena darle a sus trabajadores algún paliativo que ayudara a aminorar el clima de descontento que se vive al interior.
