Así se denomina al arte desarrollado en las antiguas culturas del Mundo Helenístico que fue ampliado por el Imperio Romano, y que abarcó desde La India, Pakistán y Asia Central al este, hasta las Islas Británicas en el oeste y desde la costa norte del Mar Negro, el Cáucaso y los ríos Danubio y Rin en el norte, hasta el desierto del Sahara, el valle del Nilo, Eritrea y Somalia en África en su límite al sur. Ese era el mundo conocido de entonces, cuando apenas se tenían algunas noticias de China y del África subsahariana, y el norte de Europa era habitado por los bárbaros.
El concepto estético del Arte Clásico supo expresar una gran armonía en todas sus manifestaciones… arquitectura, escultura, urbanismo, literatura, teatro… gran manejo de la forma, la proporción y el significado en las artes plásticas, y del argumento, la narrativa y su forma de plantearlos (drama, tragedia, novela) en la literatura y el teatro… Su universalidad se sigue manifestando en el mundo contemporáneo y sus obras cumbre son tan actuales hoy como entonces…
Es fundamental señalar que a diferencia de otras grandes culturas (el judaísmo y La Torá; el cristianismo y La Biblia; el islam y El Corán), la grecolatina no tuvo Libro Sagrado que definiese la verdad sobre La Creación y la voluntad divina, de manera que expresaron su cosmogonía mediante mitos que solían ser revisados reiteradamente… La mitología fue planteada en poemas (principalmente los homéricos) en los cuales los héroes y los dioses se confunden y luchan entre sí.
De éste modo el teatro adquiere connotaciones religiosas enlazándose con rituales: de súplica -religiosa y/o política- funerarios, o de purificación (o catarsis de la “oración”)… y ayuda a definir y diferenciar el vicio de la virtud… se vinculó con festividades y rituales (las dionisiacas, las leneas, ditirambos, etc.) que incluían procesiones y competiciones en honor a los dioses, que dieron base a la vida, tradición y folclore de estos pueblos. Se considera a Tespis el padre del teatro, pero otros de los grandes lo fueron: Aristófales, Esquilo, Sófocles, Eurípides y Menandro.
La arquitectura griega desarrolla arquetipos vigentes hasta nuestros días. Sus columnas y capiteles, el frontón, el friso y las cariátides siguen siendo empleados en numerosas obras contemporáneas o inspiran nuevos elementos. Las columnas y muros de piedra fueron suficientemente resistentes para soportar el peso de los tejados, que sustituyeron a los techos de paja, muy vulnerables ante el clima y el fuego. Aunque conocieron el arco y la bóveda, hicieron poco uso de ellos, logrando no obstante, extraordinarios edificios y conjuntos urbanos, muchos de los cuales subsisten hasta hoy.
Se distinguen el templo y el teatro; el ágora que era una plaza pública rodeada de portales y obras artísticas que estaba destinada a las reuniones civiles y actividades mercantiles, el bouleterión que se usaba como cámara del consejo y tribunal; gimnasios y palestras dedicados a la instrucción y adiestramiento de los jóvenes, los estadios e hipódromos entre los más significativos de las ciudades griegas, cuya planeación se inicia con las aportaciones de Hipodamo de Mileto quien diseñara el puerto de Pireo y la ciudad de Turios, e influiría determinantemente en la planeación de Priene, Olinto y varias más.
La escultura griega logró gran belleza por su expresión de una realidad idealizada, su clara proporción orgánica, su alejamiento de lo vago y lo monstruoso, la precisión en los contornos y los detalles, la armonía y proporción de sus formas y la finura en la ejecución. Son muy numerosas las obras que se conservan de esta cultura…la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, el Discóbolo y muchísimas obras maestras más… Por sus limitaciones científicas y técnicas, no ha llegado hasta nosotros ninguna obra pictórica de esta cultura. Lo poco que se conoce es por la decoración de algunas piezas de alfarería.
