En varias ocasiones, aquí mismo hemos platicado acerca del notable distanciamiento o pleito abierto que siempre ha existido entre el grupo que apoyó desde la campaña –y ahora el más cercano en Los Pinos- al ahora Presidente Felipe Calderón, contra los panistas más proclives a las órdenes de la Organización Nacional del Yunque.
En aquellos meses de 2005 y 2006, Manuel Espino, siendo dirigente nacional del PAN, hizo hasta lo imposible por que Calderón no fuera candidato y después incluso se rumoró que al Yunque no le disgustaría demasiado que éste perdiera la contienda por la Presidencia. Se ha hablado aún de que fue la cofradía que controla al PAN la que filtró los datos para que López Obrador explotara el famoso caso “Hildebrando”, en el que el cuñado de Calderón estuvo inmiscuido.
Lo cierto es que Espino, Fox y el Yunque tenían un candidato original, que se llamaba Santiago Creel Miranda. Y quizás, cuando vieron que éste nomás no levantaba y que tenía una especie de discapacidad verbal, fomentaron el plan “B”, protagonizado por Alberto Cárdenas, el mentado “Caballo Negro”.
Pero el plan original siempre fue Santiago Creel. A él le pusieron a los supuestos mejores operadores panistas para que ganara la nominación, entre ellos varios poblanos por cierto, como Juan Carlos Espina, Luis Enrique Palacios y, por supuesto, Humberto Aguilar Coronado y todo su grupo (José Antonio Díaz, el “Chango” Carmona y varios más). Además, obviamente, de todo el apoyo y logística de Presidencia de la República.
Era impensable e imposible que Creel no ganara la interna.
Pero Calderón les salió más ‘abrón que bonito.
El tiempo pasó. Calderón no solo ganó la candidatura panista sino después -no sin muchísimo esfuerzo y algunos empujoncitos de Fox contra AMLO- la Presidencia del país.
Pero viejas afrentas nunca se olvidan. Calderón ha demostrado en estos casi dos años (desde que ganó la elección) que es bastante rencorosito y que tiene desplantes que se parecen mucho al autoritarismo (y esto no lo digo ahora… desde 2005 lo escribía yo aquí mismo) que tanto abominaba de los priístas y de los malvados dictadorzuelos de izquierda.
Por eso, hace unos días, platicando con un panista que fue cercano a los ambientes de Creel, le preguntaba yo el por qué de haber ventaneado al líder del Senado con lo de su hija con la actriz Edith González. Me respondió con una mueca de resignación: “Se la tenían guardada desde cuando…”
Y pues ahora nos enteramos de que prácticamente le pidieron su renuncia como Coordinador de los Senadores panistas y que quien se la pidió no fue otro que Germán Martínez Cázares, Presidente del CEN blanquiazul, el hombre de todas las confianzas del Presidente Calderón.
Y más aún. Se dice que también Héctor Larios será descabezado en la Cámara de Diputados. Ambos cargos son por designación directa de la dirigencia nacional blanquiazul. Es decir… de Felipe Calderón, quien por cierto da este mini golpe legislativo estando ausente, pues se fue ayer al mediodía de gira a España. Sin decir agua va y sin dejarles capacidad de reacción.
Efectívamente, esos cargos los había dado todavía Manuel Espino. Y Germán Martínez solo espero medio año (desde que llegó al CEN) para cortar esas cabezas que definitivamente no son ni de su grupo ni de su agrado (mucho menos de Felipe Calderón).
El pretexto es lo de menos. Que Creel es poco hábil para sacar adelante las reformas que tanto le urgen a Calderón. Que estaba sacando agua para su molino con la reforma electoral. Que tenía negociaciones particulares con los priístas (específicamente Manlio Fabio). Algunos dicen que hasta algunos discretos coqueteos con gente de López Obrador. Otros más aseguran que no cayó nada bien en altos círculos (cercanos a Los Pinos) el que se haya difundido una encuesta de El Universal, en la que Santiago Creel aparece como el panista mejor posicionado para la contienda presidencial de 2012.
Y todo eso, junto con su pasado yunquista, es suficiente para que Calderón le corte la cabecita. Ciertamente Creel no se va ni deja de ser Senador, pero el golpe es demoledor por el mensaje que se envía… a todos los demás yunquetes que no quieren jalar con Presidencia. Punto.
¿Consecuencias para Puebla? Bueno, el principal damnificado es el Senador Humberto Aguilar Coronado, quien siempre ha sido uno de los principales aliados y operadores de Creel. Beto pierde un gran apoyo en su lucha por lograr la candidatura panista para el gobierno de nuestro Estado. Aunque sigue teniendo la ventaja de mantenerse al margen de la paliza que se andan dando Moreno Valle y Ana Tere Aranda.
En fin.
Pobre Creel. En dos semanas le llovió en su milpita.
¿Seguirán las purgas?
