24-11-2024 08:52:09 AM

Se soltaron los demonios

Pues sí, es evidente que los inquietos demonios de la sucesión adelantada se han soltado al interior del gobierno del estado. 

Como nunca, la eventual decisión de nombrar a quien pudiera continuar con el proyecto marinista el próximo sexenio le ha metido ruido al desempeño normal de algunas dependencias que se han convertido en auténticos rehenes de una lucha de poder que han desatado quienes se autodenominan los “favoritos” para ser señalados por el dedo bendito de quien tomará la decisión.

Se sienten los potencialmente ungidos, a eso juegan, y lo peor de todo es que ya se la creyeron.

Además, creen que van por la libre.

El asunto no es menor. 

Algunas decisiones importantes y hasta los enroques en carteras consideradas como estratégicas en la buena marcha de cualquier gobierno se operan ya en términos de la posible candidatura, sin evaluar en algunos casos siquiera si se trata de lo más adecuado para lograr los objetivos y las metas planteadas en términos de políticas públicas al inicio de la actual administración.

Es un auténtico juego de suma cero en donde se etiquetan las piezas que involuntariamente ya son parte de una extraña partida de ajedrez en donde el Jaque al Rey no es sinónimo de victoria.

Aliados o enemigos, obstáculos o comparsas, buenos o malos, blancos o negros.

Todo depende de a “cual proyecto te sumes”.

No hay grises.

El “estás conmigo o estás contra mí” es una frase que se repite cada vez con mayor frecuencia en la administración pública estatal y que ha puesto entre la espada y la pared a funcionarios que, apelando a la conveniencia personal o a la responsabilidad que sugiere el cargo que desempeñan, han decidido mantenerse ajenos a la cada vez más ilógica lógica de esta absurda sucesión adelantada.

No son los tiempos.

Ahora bien ¿cómo explicar que suceda lo anterior?

¿Se tolera?

¿Se fomenta?

¿Es todo esto parte de un juego perverso de medición de capacidades para ver quién resulta ser digno de la nominación?

Sería muy arriesgada la apuesta.

Y es que no vale la pena sacrificar los potenciales logros de la segunda mitad del sexenio en aras de tener los elementos necesarios para decidir a quién heredarle el control de la franquicia.

A final de cuentas, de la evaluación ciudadana del actual gobierno dependerá en gran medida el éxito o el fracaso del proyecto político del “alfil”.

¿No cree?

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

 

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