La llegada de la competitividad democrática a nuestra región (Puebla, vamos), ha provocado que en los últimos procesos electorales, pero sobre todo en el que se avecina, los dos principales partidos políticos adolezcan del mismo mal: Ante la posibilidad real de ganar cargos en las urnas, hay una auténtica rebatinga por las nominaciones o candidaturas en la mayoría de Municipios y Distritos y el resultado será muy parecido en ambos bandos: Enojados aspirantes a los que no les ?toque? la ansiada candidatura, harán berrinche y jurarán venganza? la mayoría de las veces yéndose precisamente al otro partido para ver si allá sí logran su objetivo.
La verdad no sé para qué se pelean tanto por las candidaturas.
He estado en un buen número de Municipios levantando encuestas los últimos meses, y los precandidatos llegan a tener auténtica ansiedad por saber su ?posicionamiento? y ver si así pueden presionar a su partido para ser él y no otro el ?afortunado? que luche en la elección del 4 de julio próximo.
Pero repito, no sé para qué tanta desesperación, si el ejercicio gubernamental cada día es más complicado, fiscalizado, observado, juzgado implacablemente por los medios y, sobre todo, tremendamente ingrato. Pero no entienden.
Hay sitios en los que los precandidatos de un partido eran más de catorce o quince (Puebla capital como muestra) hace algunas semanas. ¿De veras vale la pena tanto pleito con tanta gente?
En el PRI ?donde existe hasta hoy, en la mayoría de los Municipios, una ventaja sobre Acción Nacional y eso hace que los precandidatos se alboroten aún más ante la posibilidad de llegar a ser Presidentes de su localidad- no ha parado de haber broncas. En esta capital es el día que aún no sale el candidato a Alcalde y varios suspirantes siguen amenazando y amagando. Por supuesto, al final todos negociarán y tendrán su hueso garantizado. Pero cómo dan lata.
No obstante, no falta quien sigue amenazando con irse al otro bando y desde ahí hacer daño a quien no lo supo valorar. Como un noviazgo pasional.
Obviamente, en la otra alianza será recibido con los brazos abiertos? si realmente contaba con el mentado ?posicionamiento? y desde ahí lo lanzarían para hacer daño a su rival. Pero si no cuenta con ?capital político?, simplemente le seguirán la corriente y le prometerán a su vez un hueso en caso de ganar la elección. Y el otro, hambriento de ubre, se morderá su orgullo y aceptará una Regiduría o la Dirección de mercados de la localidad (si es que ganan).
En el PAN y su alianza las cosas no son distintas. Y ahí hasta un tanto peores. Porque la naturaleza tan disímbola de los partidos que la integran, ha provocado que las ?cuotas? de candidaturas que le tocan a cada partido, sean las causantes del malestar de no pocos precandidatos blanquiazules que ya soñaban con la candidatura en ?su tierra?.
Más de uno me ha comentado que ahora sí ya está ?hasta la madre? y que ahora sí se van a arrepentir de haberlos hecho a un lado. Que ellos sí son militantes de toda la vida, que a ellos les tocaba, que se van a acordar de esta? Pero, por supuesto: Que pronto harán maletas para largarse al PRI? o bien seguirán ahí mismo pero para hacer contracampaña. Que porque ?para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo?.
¿O usted cree que Ana Teresa Aranda, por solo poner un ejemplo, ya se quedó muy tranquila después de la ?humillación? (desde su óptica) de la que fue objeto? ¿Qué hace todas las noches la bola de personas que entra y sale de lo que fue su casa de campaña, la famosa ?Casa Puebla?, allá en el rumbo del Cerrito? Digo, no parece ser la casa de alguien que ya no está peleando nada en un proceso electoral? ¿o sí?
Y esto multiplíquelo por muchos Municipios en todo el Estado. ¡Uuuufff!
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