26-04-2024 07:18:38 PM

Los marinfóbicos ya perdieron una vez

Los llamados marinfóbicos -integrados ahora en una alianza opositora- ya se enfrentaron al mandatario poblano en el 2006, luego del escándalo de las grabaciones del Lydiagate.

Apenas cincuenta días duró la unidad en el Frente Cívico Poblano, cuyo principal objetivo sería la renuncia del gobernador Mario Marín Torres. Ahí, coincidieron personajes de derecha e izquierda en una marcha organizada para condenar al gobernador del estado.

Sin embargo, hubo personajes que desactivaron la beligerancia de la derecha, como el entonces secretario de Gobernación federal, Carlos Abascal Carranza (q.e.p.d), y de la izquierda como Samuel Malpica y Julio Glockner, quienes se enfrascaron en una cruda pugna que terminó por desmantelar al mencionado Frente Cívico Poblano.

Frente al activismo de Samuel que había logrado el control del movimiento cívico antimarinista, Glockner operó donde más le duele a Malpica: La BUAP.

Y es que la exigencia al rector Enrique Agüera para emitir un pronunciamiento contra el gobernador Marín por el caso de Lydia Cacho puso contra la pared a los aliados de Malpica, investigador de movimientos sociales, pagado por la Universidad.
Pegaba con la izquierda y cobraba con la derecha

La derecha

Desde el cuarto piso del Edificio Empresarial salió la invitación para la primera marcha del repudio contra el gobernador del pasado 26 de febrero del 2006.

Fue el entonces director del CCE, Arturo Amézaga, quien personalmente llamó a dirigentes empresariales para que acudieran con sus familias a la concentración antimarinista.

Fueron familiares del líder patronal, Juan José Rodríguez. De hecho, su cuñado, el panista Antonio Sánchez Díaz de Rivera impulsó la movilización.

No obstante, todo cambió radicalmente. Para empezar fue despedido de manera fulminante de la dirección general del CCE, Arturo Amézaga.

Y los líderes de la cúpula patronal empezaron con la postura de esperar el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para determinar acciones.

El CCE optó por mantenerse al margen de movilizaciones de protesta, porque alentarlas implicaría abrir la puerta de grupos radicales de izquierda que sólo fomentarían la anarquía.

Sin embargo, cartas de empresarios llegaron a las oficinas de Juan José Rodríguez, donde se le solicitaba formalmente que pidiera al gobernador al menos una disculpa pública. Es decir, admitir errores y reconocer excesos para comenzar a reconstruir los términos de la relación entre sociedad y gobierno. El secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, jugó un papel clave en el comportamiento de la marcha contra el mandatario Mario Marín Torres.

Y es que intervino ante los organizadores de derecha e izquierda para desactivar una asonada que se orquestaría por la vía de provocadores. Abascal Carranza, de hecho, mantuvo comunicación directa con Casa Puebla. Aseguró que el presidente Vicente Fox estaba al margen de las grabaciones e informó que el CISEN y la AFI eran inocentes.

Abascal platicó con Mario Marín, pues había evidencias de que serían integrados a la movilización grupos de pandilleros que incluso contaban con bombas de fabricación casera.
Desactivó una maniobra que advertía un saldo rojo durante la marcha. El compromiso de Marín fue que la policía estaría acuartelada y que no habría una contramarcha, pues cualquier saldo sería endosado a él. Ahora sí, operó la contrainteligencia.

Los empresarios controlaron a la derecha y pactaron con el marinismo, lo que valió cuatro años de espléndidas relaciones y apertura en la ejecución de proyectos, a través del fideicomiso que maneja los fondos del impuesto sobre nómina.

La izquierda

Desactivada la derecha poblana, la izquierda era un asunto de pesos y centavos. Los líderes visibles, muchos de ellos alentados desde el gobierno municipal de Enrique Doger, fueron cediendo a los encantos del poder.

Las organizaciones que componían el mentado Frente fueron desactivadas por distintos medios hasta quedar convertido en una simple caricatura de lo que pretendió ser.

Los grupos que se alinearon fueron: Frente de Redes, Coordinadora de Redes, Red Ciudadana de Apoyo Mutuo, Movimiento Aquí Estamos, Mujeres por la Democracia, Académicos y Estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla, Puebla Ciudadana
Red Benito Juárez, Red SUNTUAP, Trabajadores Democráticos Telefonistas, Red Ciudadana con AMLO 2006, Unión de Comités Ciudadanos, Grupos Zapatistas, Red Libertadores de América, Red Cultural Salvador Allende, Red Hermanos Serdán, Red de Egresados de la BUAP, Movimiento Nacional de Redes, Grupo Renacimiento Humanista Movimiento Nacional de la Esperanza, Mujeres por la Dignidad Indígena, Círculo de Organizaciones Populares, Trabajadores de Volkswagen y líderes del PRD, Convergencia y Nueva Alianza.

Otros ciudadanos que convocaron a la marcha, fueron, gritaron y después se desvanecieron en el imaginario colectivo de lo que se intentó como la caída del marinismo:
Los convocantes a aquella protesta silenciosa, según desplegado aparecido en medios, fueron:  María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, Julio Glockner, Huberto Juárez, María Eugenia D?Aubeterre, Anamaría Aswell, Jorge Gómez Izquierdo, John Holloway,  Antonella Fagetti, Eduardo Almeida, Luzmila Biriukova, Ingrid Van Beuren, Ana Lydia Flores, Sergio Cházaro, Gerardo Galindo, Rollin Kent, Irma Herrera, Alejandra López, Argelia Arriaga, Yasmi Reyes, Rosalía Zambrano, Horacio Reiba, Jorge Arturo Abascal, Cecilia Macías, Jorge Basaldúa, Claudia Castellanos, Javier Pérez Siller, Eudoxio Morales, Ricardo Moreno Botello, Guadalupe Grajales, Roberto Vélez pliego, Francisco Vélez pliego, Sara Bulnes, Domitila Ávila, Francisco Valverde, Iván González, Vanesa Álvarez, Nadia Castillo, Blanca Villeda, Lourdes Torres, Lourdes Pérez Oseguera, Ma. Inés Riezu, Enrique Espinosa, Ma. Guadalupe Corro, Angélica Trujillo, Fernando Camacho Acevo, Roberto Cabrales Vargas, Mary Carmen Corro Fernández, Oscar Soto Badillo, Elsa García Bal, Germán Sánchez Daza, Claudia Magallanes, Héctor Sotomayor, Ramiro Bernal, Yara Almoina, Enriqueta Silva Santos, Miguel Ángel Mascarúa, Alfredo Cesín Vargas, Elsa García Balbuena, María de Lourdes Pérez Molina, Gloria Angulo Fuentes, Laura Eugenia García Manzano, Dunia Cecilia Cortés Silva, Hortensia Fernández Fuentes. Mariana Dávila García. Nohelia González Santiago. Verónica Robles López. Georgia Hernández Sánchez. Emma Espinosa Guzmán. Lydia Elena Bedolla Linares. Mirta Fernández Fuentes. Patricia Zavala Gutiérrez. Miguel Ángel Ruiz Sarmiento, Raúl Mayorga Raposo, Samuel Conteras Sánchez, Sandra Barillas, Arriaga José Castillo Román Argelia Arriaga García, César Solís Gómez, Roberto Rincón Burguete  y Carlos Cano González.

¿Dónde quedaron?

¿Vendrán por la revancha contra el marinismo?

Está claro que si por la protesta callejera no lograron su propósito, ahora buscarán agazaparse en la alianza opositora para lograr en las urnas lo que no pudieron en las calles.

¿Y si los líderes vuelven a vender el movimiento?

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