Así decía mi agüe cuando quería referirse a que los problemas de alguien o de una familia son los mismos en otros hogares? vamos, que nadie está exento de que te sucedan las mismas broncas de cualquier familia o grupo.
Y este dicharajo popular tan pintoresco (como lo era mi agüe) se aplica a la perfección a lo que está sucediendo en Puebla con la conformación de las Alianzas interpartidistas que contenderán en la próxima elección estatal.
Porque hasta ahora he comentado febrilmente todas las vicisitudes y problemática que provoca la unión del PAN con los partiditos de izquierda, los cuales, desde luego, son ciertos y evidentes.
El problema es que no solo en el PAN se cuecen habas? en el PRI también. Y en el tricolor también existe una larga cadena de sinsabores al respecto, que pueden repetirse amargamente en próximas fechas.
Porque desde hace muchos procesos electorales (bueno, desde que las elecciones se volvieron competidas y con posibilidades reales de cambio o alternancia gubernamental? o sea hace unos veinte años) en el PRI ha sucedido el mismo cuento una y otra vez: El proceso de elección-designación interno de candidatos no siempre deja contentos a todos y generalmente, el (los) herido (s) queda (n) tan molesto (s) que casi siempre busca (n) el cobijo de otro partido y en no pocas ocasiones, éste y su grupo llegan a ganar la elección (ya sea estatal o municipal).
Lo mismo ha ocurrido en Zacatecas que en el D.F., en Tlaxcala o San Martín Texmelucan, en pueblos de Veracruz o Tabasco? y desde luego, hoy podría estar ocurriendo ?vaya, ya ocurre- en Puebla (Estado y capital).
De hecho, el PRI es el partido que más ha nutrido de candidatos a todos los procesos electorales en este país: Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Juan José Rodríguez Pratts, Arturo Núñez, Alfonso Sánchez Anaya, Ricardo Monrreal, Amalia García, y por supuesto al momento actual Miguel Angel Yúnes y Rafael Moreno Valle Rosas? (y muchos, muchos más en todo el país) todos tienen un común denominador: Sin excepción, todos fueron militantes distinguidos del PRI, que se enojaron cuando no les tocó alguna candidatura que ellos creían de su propiedad.
¿Será cierto eso de que todos llevamos un pequeño priísta dentro?
Aunque lo anterior resulta también lógico: El PRI fue el primer partido estructurado que existió en el México posrevolucionario y más aún, nació en el poder y diseñó todo un sistema para conservarlo (de hecho en Puebla y varios Estados más sigue vigente dicho sistema priísta). Todo político, empresario (pequeño, mediano o grande) o personaje de renombre (bajo, mediano o alto) es, fue o tiene algún nexo en su historia familiar? con el PRI.
Hombre? dicen que todo poblano que se respete? o tuvo un vocho blanco (o trabajó él o algún familiar en la ?planta?), o vivió en San Manuel, o fue al CENHCH? o tiene algún familiar priísta (¡oooops! yo cumplo con todos?).
Pero no nos distraigamos en otras cosas. Volviendo al tema original:
Ahora que se han conformado las Alianzas y ya hay candidatos a la Gubernatura, viene la gran batalla por las candidaturas municipales y para las Diputaciones. Y entonces arribarán también los pleitos, gritos, sombrerazos y deserciones de todos los que se sientan desplazados. Natural y tradicional.
Porque en el PRI es evidente que lo último que se respetará será el mentado ?posicionamiento? en las encuestas (nadie queda contento con una encuesta en la que no es el que ?va arriba?, por mucho que ésta sea seria y profesional). Es más, quizás los resultados que arroje una medición sean ciertos y bien medidos, pero éstos no siempre son los que se muestran a los precandidatos.
Muchas veces se falsean mediciones y entonces se favorece a quien tiene la bendición de quien toma la decisión (sea el Gobernador, el candidato, el líder del partido, el cacique de la región, etc.). Vaya, la perversión de las pobres encuestas (y luego por eso se desprestigia tanto el quehacer de quienes sí nos dedicamos profesionalmente a estos menesteres).
Resumiendo: Al momento actual me he enterado de decenas de casos en los que las mediciones dicen una cosa con respecto al posicionamiento real de los aspirantes a Alcaldes en algún Municipio? pero la decisión parece que irá en otro sentido totalmente ajeno a lo que dicen las mentadas encuestas (?yo soy el amigo de Z?, ?a mí me apoya el Góber?, ?mi hermano es el hermano de Marín?, ?a mí me la prometió tal Secretario? y toooodos esos cuentos tan comunes hoy en día).
Y eso provocará, naturalmente, enojos y heridos. Y éstos clamarán venganza. Y ahí estará la ?otra? alianza que cachará descontentos (como ahora es su vocación) y los lanzará como candidatos, ahora fervorosamente convencidos de los planteamientos de la ?alternancia? y el ?antipriísmo?.
Así que no se quejen priístas: Ustedes mismos han creado a sus Frankeinstein?s. Fomentaron monstruos? y ahora ya no van a saber cómo detenerlos.
¿Verdad que las preferencias electorales-partidistas-aliancistas no son definitivas aún?
Luego no digan que no se les dijo.
jriverp@yahoo.com
www.twitter.com/rodolforiverap
www.beap.com.mx