18-05-2024 02:26:12 PM

En la actual contienda electoral, corren las apuestas

Cada día, el panorama político electoral es de mayor interés para la ciudadanía y, no cabe duda, que de las alianzas, de los amarres y de la suma de muchos actores dependerá el triunfo en este seguro e inevitable choque de trenes. Ya muchos analistas, de los dos bandos, han analizado esta suma de factores, pero creo que muchos analistas sacan sus conclusiones desde el escritorio y dejan de lado, según yo, dos de los más importantes elementos para ganar esta elección.

 En primer lugar, se necesita que el primer priista de Puebla y los priistas que gobiernan junto con él analicen más fríamente el escenario, que actúen con mucha, pero mucha más mano izquierda en las decisiones que toman; que no se guíen por el incienso con que los ahúman sus palafreneros, ni se olviden que, aunque son poderosos, no son los únicos actores con peso político y poder de decisión; que para gobernar, ganar y sostenerse en el poder, se necesita algo de víscera. Sí, es cierto, pero lo que más se necesita es cerebro.

 Pero al actuar de esa forma, se tiene que tomar en cuenta que si bien es cierto que la inmensa mayoría de los políticos se someten a los designios del poder, muchos otros calculan y le hacen como si se sometieran, pero cuando ven la nave zozobrar huyen cobardemente; y otros no se someterán nunca, aunque en ello les vaya la chamba o sus prebendas. Aunque estos son escasos, existen y hay que saberlos detectar y darles trato diferente, pues no se puede tratar a lo desigual como igual, porque sin duda acarrea consecuencias de magnitudes incalculables.
 
El devenir del grupo en el poder varias veces ha mostrado que no alcanza a asimilar estas sutiles diferencias y a todos se les ha querido tratar como iguales. Así lo demuestra el conflicto que originó la salida de Rafael Moreno Valle; el trato dado a Enrique Doger, cuando ocupó la presidencia municipal; la falta de solución a las demandas -por más de dos años- del Movimiento Antorchista; el manejo mediático y político del plantón, durante cerca de un año; la conflictiva selección de candidatos a las presidencias municipales, a las diputaciones, federales y locales, y a la gubernatura.

Si el primer priista del estado no quiere ser responsable de que el PRI pierda el poder en la entidad, tendrá sin duda que bajarse de su pedestal y poner los pies sobre la tierra, en la selección que le falta, que puede ser fatal si se equivoca; tiene que actuar no sólo con pies de plomo, sino con mucha inteligencia. Se tiene realmente que garantizar que los candidatos a presidentes municipales, principalmente en las cabeceras de distrito y en los municipios electoralmente más significativos, sean gente con mucha aceptación popular; respetar a las organizaciones que aportan votos contantes y sonantes; evitar al máximo divisiones inútiles por favorecer a sus cuates y sus filias personales, sin tomar en cuenta que los afectados por una mala decisión, sin duda, serán adoptados por otros partidos.

Seguramente, el grupo en el poder se siente seguro, por tener el poder y el dinero, a través de los cuales -por mucho tiempo- supieron y pudieron controlar a muchos grupúsculos y líderes, que usaban métodos similares para controlar a sus respectivas bases, que muy seguramente no están por convicción y a gusto y esperan sólo una coyuntura para rebelarse e, incluso, cobrar una por una las afrentas. Hay casos evidentes, como el de los informales y los tianguistas, de grupos que siempre estuvieron atados y controlados por la vía del chantaje y la violencia, que han encontrado poco a poco líderes y organizaciones valientes, que se han atrevido a saltarse las trancas; y no sólo a rebelarse sino a buscar el cobijo en la única y verdadera organización de los pobres, que no sólo defiende los intereses de los marginados sino que es capaz de encarar al poder, resistir todos los embates en su contra y luchar con decisión y valentía contra las peores agresiones de que es capaz el peor de los enemigos.

En resumen, en Puebla estamos -sin duda- ante el escenario electoral más complicado de los últimos años; durante el sexenio hemos presenciado las más inverosímiles deserciones del PRI en toda su historia; hemos sido testigos de las decisiones más inauditas e inesperadas en los trances difíciles de la actual administración y cómo se han escalado los conflictos, algunos muy fáciles de resolver, pero que, debido al mal manejo político, causaron más complicaciones  en la vida partidaria y el gobierno. Los que aún creemos en los principios de la Revolución y que el PRI los enarbola, esperamos que en próximas y definitorias decisiones  no se equivoquen los gobernantes, puesto que una mala apreciación de la realidad y una mala estrategia de solución puede llevarnos a lo que quieren nuestros contrincantes: a que arribe al gobierno el PRI con otras siglas, como sucedió con Cárdenas, Muñoz Ledo, El Peje, Ebrard, etc., etc.

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