Por Alejandro Mondragón
Tampoco basta la detención de Alejandro Santizo, escolta y 12 policías municipales, responsables de la ejecución de ministeriales en Tecamachalco, la noche del viernes.
Una y otra vez se advirtió de la presencia de un personaje como Santizo en el área de Seguridad para el gobierno de Ignacio Mier Bañuelos.
Sus ligas con lo más oscuro del morenovallismo (ahijado de Facundo Rosas) y su paso en los gobiernos de Antonio Gali y Luis Banck, le habían provocado una cascada de críticas.
Nunca le importó. Mier Bañuelos quiso hacer de Tecamachalco, la República de Los Nachos para apuntalar un proyecto político, el del padre Ignacio Mier Velazco.
Ahí se efectuaban reuniones de proselitismo del líder de los diputados federales morenistas y se trabaja por la causa paterna, con el visto bueno del edil, su hijo, en medio de la galopante inseguridad en la región.
Ignacio Mier Bañuelos tendría que solicitar licencia al cargo, porque sabía en lo que se metía con Santizo y, además, ignoró las advertencias que se le hicieron en su momento.
Menos se puede desligar de los hechos el propio Ignacio Mier Velazco, toda vez que él hizo todo para que su hijo quedara como candidato de Morena, pese a que siempre jugó los intereses morenovallistas y opositores a la 4T.
Ya hace semanas se detuvo a la diputada suplente, protegida de los Mier, con un arsenal en su casa de Tecamachalco.
A ella, el líder de la mayoría de Morena en San Lázaro, la impulsó y respaldó para cobijar con su grupo la candidatura de su hijo a la alcaldía de la región.
Hace unas entregas, se señaló en Al Portador:
“Mier ha cometido un error de largo plazo, en su afán por llevar a sus hijos a posiciones de poder, mientras él entra al desgaste legislativo y busca la candidatura a la gubernatura para 2024.
“Su hijo (Ignacio Mier Bañuelos) alcalde de Tecamachalco, municipio en donde el huachicol ha usado como búnker y es territorio del crimen organizado.
“La máxima política establece que cuando los políticos ejercen el poder, la familia se aleja de ellos, para evitar costos innecesarios, pero Mier Velazco optó por el paquete familiar con papas y refresco incluidos.
“Por supuesto que los padres no tienen que pagar los platos rotos de sus crías, pero a éstas, Mier Velazco las impuso por encima de todo.
“Y en el pecado, llevará la penitencia”, hasta aquí la cita y su ambición.