22-11-2024 09:23:29 AM

“Herrera”

Por Jesús Manuel Hernández

 

En un principio, al integrarse el primer grupo, Rafael tenía a Fernando Manzanilla como el estratega y punta de lanza para formar las alianzas, quiso colocarlo cerca de Melquíades Morales Flores, como su secretario particular, pero se atravesó Víctor Giorgana.

En el primer círculo del poderoso Secretario de Finanzas y Administración Publica apareció Marcelo García Almaguer, regiomontano, especialista en comunicación política, Luis Maldonado asesor general, junto con Fernando Solís Cámara, hoy en el Grupo Hermes de Hank.

Completaba el primer círculo Antonio Peniche, Cabalán Macarí, a veces también llamaba a Jorge Aguilar Chedraui y Juan Cesín Musi.

Eukid Castañón Herrera apareció en esas épocas, pero alejado, no formaba parte del primer círculo, lo sentaban en otra mesa. Lo estaban midiendo. No había recibido aún el regalo que lo identificara entre los cercanos, la corbata de la marca Hermes.

Rafael tenía contemplado desde 1999 ser gobernador y después presidente de México. Y todo lo que hizo tenía un común denominador, estar en el foco de la sucesión.

Cuando Morales Flores le dio la bendición para “operar” un proceso electoral, le tocó Tehuacán, y ahí aprendió, y ahí descubrió que en su equipo hacía falta alguien que hiciera el trabajo sucio, sin escrúpulos, inteligente, leal y sin miedo.

Y Eukid se fue colando y empezó a ser eficiente y con ello a dividir al grupo, primero por la fuerza que alcanzó, segundo porque sus métodos no eran bien vistos por todos.

Eukid fue entonces haciendose cargo de los asuntos delicados, no solo de las elecciones locales, también actuó fuera de Puebla, fue el enlace eficiente de Rafael para cooptar políticos del PAN y de otros partidos con miras a la sucesión presidencial.

Manejó dinero, gente, equipos de vigilancia sofisticados, se convirtió en el hombre duro, sin escrúpulos, para ejecutar todo lo que Rafael necesitara.

Cuando hacía falta el trabajo sucio, como los fraudes electorales, Herrera, así le decía, intervenía.

No en balde su aparición en el Hotel MM cuando el encerrón panista para alterar las actas.

Fue el propio Eukid quien escogió el hotel, le quedaba muy cerca de las oficinas del IEE y de las suyas, los dueños del sitio tenían cierto compromiso y agradecimiento con el gobierno de Moreno Valle, pues el uso del suelo, las licencias para su construcción etcétera pasaron por la bendición del gobernador.

Así las cosas, el Grand Hotel MM era el escenario perfecto.

El candidato Miguel Barbosa recibió aquella noche la petición de la titular de Gobernación Federal para ordenar el retiro de sus seguidores y permitir la salida de la posterior ganadora. Eukid fue el operador.

Los años que antecedieron la sucesión de Tony Gali, Eukid estuvo en la mira de muchos políticos, hubo denuncias sobre espionaje, e incluso desavenencias con el gobierno de este momento. Su fuerza era tremenda, algunos llegaron a pensar que Rafael no podía deshacerse de él porque sabía demasiado.

Después del accidente del 24 de diciembre Castañón comunicó oficialmente su “retiro de la vida política”.

Sus cercanos lo situaron en Quintana Roo, su residencia local permaneció, pero su familia se ausentó.

Eukid poco aparecía, se desligó, dicen, de sus inversiones en medios de comunicación, pero mantuvo su oficina cercana al Colegio Americano.

Cuentan que cuando se alejó públicamente de la vida política mandó un mensaje al gobernador Barbosa, a manera de respeto y promesa de no intervenir en Puebla.

Pero no fue así. Eukid empezó a mantener reuniones con personajes del panismo local con miras a las elecciones del 2021.

Además, siguieron presentándose denuncias en su contra.

Y por fin, fue detenido, por temas que no son precisamente los que el gobierno debiera investigar.

Miguel Barbosa acaba de dar un manotazo en la mesa política de Puebla, tómese como advertencia.

¿Cuánto estará dispuesto a contar Herrera para salvar el pellejo?

Del tamaño del miedo será la respuesta.

O por lo menos, así me lo parece.

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