De acuerdo con los propios integrantes de su equipo de trabajo y por el mismo dirigente estatal del PRI, el Gobernador Mario Marín sí comenzará una gira por varios Estados del país, pues le han solicitado –según las mismas versiones- que dicte conferencias para exponer sus ideas sobre cómo reponerse de una crisis mediática con éxito. Del cómo se repuso del escándalo de Lydia Cacho, vamos.
Para empezar, todos sabemos que una cosa es que efectivamente haya salido bien librado por parte del dictamen jurídico de la Suprema Corte y otra muy distinta que ahora sea un político bien visto o siquiera bien tratado por los medios de comunicación nacionales.
Todos, pero todititos sabemos que, por el contrario, la última semana el Gobernador apareció nuevamente en todos los medios nacionales, pero solo para ser otra vez blanco de ataques y para que los caricaturistas se mofaran hasta cansarse, una vez más, de él.
Pero bueno. Dicen los expertos (¿?) que una cosa es la opinión publicada y otra cosa es la opinión pública. Dicen los analistas (¿?) que una cosa es lo que dicen los infames periodistas o calumnistas (sic) y otra es la que percibe Juan Pueblo.
Bueno, pues yo simplemente quiero mostrarles cómo han calificado los poblanos a su Gobernador desde el momento mismo del escándalo (una semana después, 22 de febrero) y durante estos dos últimos años.
Quiero comentar que (aunque no aparecen completas las fechas en la primera gráfica), antes del escándalo de Lydia Cacho, Marín recibía calificaciones por arriba del 7 (incluso arriba del 8 al inicio de su sexenio). Pero después cae hasta poco más de 4 en calificaciones y 3.5 en nivel de confianza.
Hoy, como puede apreciarse, los poblanos le otorgan, en promedio, un 6.33 y en nivel de confianza 5.81. Ha logrado subir un par de puntos (del 0 al 10, insisto; pues no son porcentajes) desde entonces, aunque sus notas siguen siendo apenas aprobatorias.
Las preguntas que hemos venido haciendo son las de siempre.
- “En una escala del 0 al 10 (donde 0 es pésimo y 1º excelente) ¿Qué calificación le da Usted a Mario Marín como Gobernador del Estado?”
- “En una escala del 0 al 10 (en donde 0 es nada y 10 es mucha) ¿Cuánta confianza le inspira Mario Marín ara resolver los problemas de Puebla?”
Repito: 6.33 en calificación y 5.81 en confianza popular.
¿Con estas notas se puede andar de conferencista?
Usted, como siempre, saque sus propias conclusiones.
¿PACO IMPLORANDO UNIDAD?
El que tampoco se mide es el Diputado Federal panista (Plurinominal) Francisco Fraile García.
Y es que en uno de esos discursos que solo él sabe dar (pontificando, cantando, queriéndose hacer el gracioso con metáforas mal planteadas y chistes mal contados), implora a los panistas a que todos sean hermanos y se unan nuevamente para pelear de cara a los próximos procesos electorales.
El problema es que Fraile olvida que él mismo, en las últimas tres elecciones (locales y federales) fue quien promovió las imposiciones, las zancadillas a los mejores candidatos, las intrigas en el CEN a través el Yunque poblano y se encaprichó por ser él el candidato a la Gubernatura (cuando hasta los priístas sabían que él perdería irremediablemente frente a Mario Marín), amén de manejar siempre las Asambleas internas a conveniencia de su grupo y para conseguir siempre las mejores candidaturas plurinominales.
¿Y es ahora Paco quien implora hermandad y unidad?
La respuesta se la dieron los propios panistas: Ningún líder (ni los de las dirigencias, vamos) visible de algún grupo, asistió a su actuación disfrazada de “Informe” legislativo (que quién sabe quién inventó tal parodia, pero ahora resulta que todo mundo da informes).
Solo fueron Rafa Moreno Valle y Lalo Rivera. De los importantes, vamos. Pero el primero asiste simplemente porque quiere quedar bien con cualquier grupo del PAN pues sabe que necesitará con urgencia sus votos en una Asamblea interna… y mejor sumar que enemistarse con el pastor. Y el segundo es simplemente su pupilo y se habría visto muy mal si no hubiera ido.
En fin. Fraile en el ocaso de su carrera.
Ni los panistas ya le creen.