Por: Rodolfo Rivera Pacheco
La ceremonia del Grito de Independencia marca el inicio de las despedidas del Gobernador poblano Rafael Moreno Valle Rosas. Se pasaron muy rápido (como todo lo que él hace), pero están culminando 6 años de su gobierno y ha comenzado el inicio del fin de un ciclo… ¿o el comienzo de un caciquismo dinástico en Puebla para los próximos veinte años?
Veamos.
Rafael Moreno Valle nunca ha ocultado que desea continuar su carrera política. Apenas tiene 48 años y está en el mejor momento de su vida como político profesional. Nadie le resta méritos como funcionario pues es obsesivo en la hechura de obras y quiso pasar a la historia como el mejor mandatario que haya tenido nuestro Estado.
Sí, lástima que esa misma obsesión fuera para cumplir sus objetivos personales, usando el erario para promoverse y las obras como fuente de ingresos para su propia campaña publicitaria.
Además, muchas de sus grandes obras son hoy sumamente cuestionadas, pues han sido de ornato, faraónicas o de plano inservibles.
¿Ejemplos? El brutalmente caro Museo Barroco (“Tablarroco” según la sabiduría popular) que costó miles de millones de pesos y nadie puede decir que sea un éxito o que haya filas para entrar a visitarlo. Un fiasco, pues. Sus “Ciclovías” que nadie usa y que también fueron presupuestadas con costos excesivos. La “Ruedota” de la Fortuna que se descompone a cada rato y que cada día tiene menos visitantes. Puentes vehiculares mal diseñados y que provocan serias inundaciones en temporada de lluvias. Largas avenidas relaminadas con concreto hidráulico que ya se está cuarteando… y un largo etcétera (CIS en todo el Estado, remodelación lujosa e insultante de Casa Puebla, etc. etc.)
Todas las obras realizadas por empresas de amigos del mandatario, recomendaciones del propio Gobierno Federal o de plano “fantasmas” que no tienen ni dirección fiscal real. ¿Muchas obras pero también muchos “moches”?
En fin. Todos sabemos que Moreno Valle ha realizado todo con el fin de posicionarse como precandidato de su ahora partido, el PAN, a la Presidencia de la República. Y mucho he comentado en este espacio que están muy bien sus aspiraciones, siempre y cuando las costee con sus propios recursos y no usando al Gobierno de Puebla.
El enorme problema para Rafael Moreno Valle es que aún cuando ha hecho TODO para ser conocido y simpático ante el electorado nacional y que se le considere aspirante serio a la Presidencia… nomás no figura en ninguna medición seria nacional. Vaya, han sido más de cinco años de hacer de TODO para ser conocido en el país y hoy es un lejano tercer lugar en las encuestas de aspirantes del PAN. Margarita Zavala le saca ventajas de hasta 9 a 1 (¡!) y Ricardo Anaya de 3 a 1.
No, su estrategia de posicionamiento ha sido un rotundo fracaso y solo sus porristas de medios locales quieren ver lo contrario. Pequeños.
Hoy Moreno Valle desearía con toda su alma que la elección del candidato panista a la Presidencia fuera por votación de sus militantes y adherentes, por la inflada artificial que hicieron al padrón en varios Estados, Puebla incluido desde luego. Sabe que es la única manera que tendría posibilidades de ganar la candidatura. Pero sus adversarios se dieron cuenta desde hace tiempo y jamás lo van a permitir. Al menos hasta ahora, que Ricardo Anaya también quiere ser candidato presidencial. Si después el chico queretano se alía a Moreno Valle para no dejar pasar a Margarita Zavala ya será otra cuestión.
Es más. Nos daremos cuenta de quién traicionó a quién, cuando se sepa la forma cómo el PAN designará a su candidato presidencial. Hasta ahora ni Anaya ni Zavala quieren dejar la elección al inflado padrón morenovallista, pero quién sabe qué pase en unos meses.
Aunque, también hay que dceirlo, en los últimos días el poblano está cambiando de estrategia. En entrevista con El Financiero, Moreno Valle declara que “él estaría de acuerdo en que la elección del candidato panista fuera entre población abierta”. Algo trae entre manos. Sabe que en ese escenario también podría poner en práctica sus consumadas artes de acarreo y compra de votantes. Tal y como se ha hecho en Puebla en los últimos tres procesos electorales locales.
Y el cambio de discurso es para salvar algo la estrategia: “Si no quieren votación de los militantes y adherentes, entonces a población abierta”. Lo que sí jamás aceptará es que el candidato sea el mejor posicionado en las encuestas. Cuando él mismo en Puebla ha dicho una y otra vez que los candidatos deben ser siempre los que salgan mejor en las encuestas. Pero el que las hace no las consiente.
Por supuesto, la estrategia nacional morenovallista no para ahí. Aquí mismo hemos dicho que si tiene que hacer diez cosas para alcanzar un objetivo, el poblano hace veinte.
Me platican buenos amigos perredistas de estatura nacional, que Moreno Valle no cesa en su intento de lograr una gran alianza entre PAN y PRD y ser él el abanderado presidencial. Para ese fin, su operador nacional Luis Maldonado Venegas ya está buscando ser el próximo Presidente Nacional del PRD. Ya tiene estrategas y operadores dentro del partido del sol azteca. Y con Presidente del CEN perredista, Moreno Valle lograría la ansiada alianza. Sueños, pero de que la versión es real, es más que real.
El problema para el góber poblano es que el PRD ahora es manejado por Miguel Angel Mancera a través de su amiga del alma y aliada Alejandra Barrales y ahora menos que nunca le dejarían el partido a Moreno Valle. Por cierto, el distanciamiento fue evidente este fin de semana, cuando Moreno Valle no asistió al Informe de labores de Mancera, cuando ha ido a TODOS los Informes de cualquier Gobernador en TODO el país. No, tampoco en el PRD hay buenos escenarios para Moreno Valle.
Pero… para terminar y entender el título de esta colaboración.
El pequeño problema es que si Rafael Moreno Valle no logra ser candidato presidencial por el PAN o una alianza… centrará todo su esfuerzo en conservar para él y su familia y su grupo el Gobierno y el Estado de Puebla. Si Moreno Valle es rebasado por Margarita Zavala o Ricardo Anaya en la candidatura panista, entonces él negociaría que le dejaran la (s) candidatura al Gobierno de Puebla para el próximo período de 6 años, siendo su esposa Martha Erika Alonso la abanderada blanquiazul. Y si eso ocurre, de por hecho que primero lo matan antes de dejar perder a su señora, máxime que ya no habría (por el momento) proyecto presidencial que lo distrajera. Seguramente sería Senador plurinominal.
O sea que para los poblanos la noticia es: Si no soy candidato o Presidente de la República, entonces establezco un Maximato en el Estado a través de mi señora. Y de ahí, un reino por muchos, muchos años, con pequeños discípulos que serán sucesores.
Pufff!
Ahora sí que como dijera el clásico jarocho, el terrible “Ferras”: “¡Ahora la beben o la derraman!”.
A ver qué pasa de aquí al 2018. Creo que los poblanos no quieren ese exceso. Pero mejor ya ni digo nada.