No cabe duda de que ante la desesperación por los resultados de cualquier medición de preferencias pre-electorales, en los que el PAN sigue abajo del PRI (a nivel nacional, local y estatal, variando porcentajes, pero todos coincidiendo en el resultado general), el Gobierno federal pretende tomar medidas evidentemente electoreras para intentar cambiar dichas tendencias.
Y es que nadie podría estar en desacuerdo con la eliminación de un impuesto tan oneroso como el pago de la Tenencia Vehicular. Aquí mismo lo hemos dicho una y otra vez: Tanto Fox como Calderón prometieron en su momento que desaparecerían tan injusta carga fiscal que sufrimos todos los que poseemos un automóvil (unos 50 millones de vehículos en todo el territorio nacional).
Pero Fox no lo cumplió. Y Calderón está pensando seriamente en hacerlo.
Pero no porque sea un convencido de la medida, sino para sacar réditos electorales en un año en el que su partido nomás no levanta (reitero también: al menos por el momento).
El encargo de tal propuesta es a través de la bancada blanquiazul en San Lázaro. El que anda muy movido promoviendo el asunto de la eliminación de la Tenencia es el veracruzano Gerardo Buganza, también ex candidato a la Gubernatura por aquel Estado.
Y ciertamente, nadie podría protestar si se cumpliera la iniciativa. El detalle estriba en que los panistas no son sinceros del todo.
Para empezar, ya existe un acuerdo interpartidista para eliminar el pago del impuesto. Sí, pero para que entre en vigor hasta el año 2012. O sea, justo cuando la gestión calderonista termine. Mientras el Gobierno federal seguiría obteniendo los miles de millones que se recaudan por ese concepto.
Pero aún hay más. De acuerdo con lo señalado por el Diputado federal tricolor Jorge Estefan Chidiac, los que más saldrían perjudicados al eliminar la tenencia serían los gobiernos estatales, pues a ellos se dirige casi en su totalidad el dinero recaudado por su pago. Y a su vez, los Municipios de cada Entidad recibirían menos dinero.
Otro que también ya protestó fue Marcelo Ebrard, pues el D.F, perdería varios miles de millones de pesos en su presupuesto.
Entonces, la jugada del gobierno de Felipe Calderón es de tres bandas: Primero, gano simpatías con la medida de eliminar la maldita carga fiscal. Segundo, meto en un dilema a los Diputados de oposición (del PRI fundamentalmente) pues si se oponen, la gente los culpará a ellos y no a los panistas. Y tercero, si se llega a aprobar, los perjudicados serán los Gobernadores (priístas en su mayoría, más los perredistas, aunque también salieran medianamente raspados los 8 panistas) y no tanto el Gobierno federal.
En otras palabras, una vez más, un asunto que importa a un gran número de mexicanos se convierte en botín de los partidos para sacar ganancias electorales. Igual que el combate al narcotráfico y crimen organizado o la crisis económica. En año electoral, todo se vale.
Y máxime cuando las tendencias no son favorables al partido del Presidente, quien parece estar dispuesto a todo con tal de ya no ganar la mayoría de curules federales este año, sino de no perder los que ya tiene en su poder el PAN (251 desde 2006).
Lo dijimos aquí mismo hace poco: El Presidente está dispuesto a apostar el todo por el todo con tal de no salir derrotado en las elecciones del 5 de julio. Sabe bien que si eso ocurriese (perder), la segunda mitad de su sexenio sería un verdadero infierno, al quedar en manos de una mayoría tricolor con la que tendría que negociar absolutamente todo y que serenamente prepararía el regreso de su partido a Los Pinos en 2012.
Pues sí, pero mientras, los ciudadanos seguimos observando con impotencia que los partidos sigan su guerrita en tanto nos ahoga otra crisis económica que al parecer apenas inicia.
Por cierto, mañana les muestro algunas encuestas que hemos estado haciendo sobre la percepción de los poblanos sobre la crisis y sobre la lucha contra el narcotráfico. Y también, ahora sí, unas de preferencias electorales.
¡Gulp!