Por: Rodolfo Rivera Pacheco
Mi plan anunciado en la anterior columna era empezar a hacer un análisis de la situación del PRI y sus posibilidades electorales para próximos procesos, tanto local como nacional. Pero desde luego cambié de intención motivado por los trágicos sucesos de los últimos días en la zona norte del Estado de Puebla.
Recuerdo que cuando ganó, en los meses después de la victoria de 2010, Rafael Moreno Valle se dedicó a dar entrevistas a varios medios y periodistas poblanos. Era la época de incertidumbre para muchos de ellos que habían sido sus críticos y que habían estado de lado del candidato del PRI, según la costumbre de ser aliado y porrista del gobernante en turno, pues no sabían si los “perdonaría” o lograrían seguir en la nómina estatal. Hoy la mayoría de ellos –incluso los que más atacaron y hasta ridiculizaron a Moreno Valle- son sus voceros y no ven defecto alguno en sus acciones y naturalmente están en la nómina. Hay que comer.
Naturaleza humana.
Pues hablando de naturaleza, en una de esas entrevistas, recuerdo que el entonces Gobernador electo afirmaba con un dejo de soberbia que a él lo único que le preocupaba era la naturaleza (refiriéndose a los desastres naturales como terremotos, erupciones volcánicas o… inundaciones) pues eran cosas que “no podía controlar”, dando a entender que todo lo demás –empleados, políticas públicas, presupuestos, partidos, etc.- sí lo iba a controlar, según su costumbre.
Y bueno, pues la naturaleza no perdona, también dicen por ahí.
Justo ahora que andaba de gira artística por todo el país, exponiendo los pormenores de “un gobierno exitoso”, el Gobernador poblano se tiene que enfrentar al mayor desastre natural que hubo en su gestión y que tarde o temprano iba a ocurrir.
En Puebla la temporada de lluvias es puntual y en ocasiones brutal, cuando se junta con el ciclo de huracanes en el Golfo o en el Pacífico. Cada año, de mayo a septiembre, en Puebla llueve a caudales. Y más en agosto y septiembre. No recuerdo un solo año en que esto no ocurra… y tengo 50 de vivir en Puebla.
Por eso no son válidos los argumentos de que el huracán tal o la tromba tal fueron “atípicos”. Todo Gobernante con dos dedos de frente sabe que en un año u otro, habrá lluvias torrenciales que pueden causar tragedias. Y Rafael Moreno Valle es uno de ellos. Sabe perfectamente que podría haber emergencias por inundaciones o terremotos en el territorio poblano. Ni se diga de erupciones volcánicas.
Tan sabe que eso podría ocurrir que por eso contrató sendos seguros contra desastres naturales que han costado al erario millones de ¡dólares!, como bien han documentado mis amigos periodistas Enrique Núñez y Rodolfo Ruíz en los últimos días. Nadie sabe qué pasa con esos seguros. ¿Cubrirán todo lo que ha pasado? ¿A cuánto asciende el monto de lo pagado o de lo que tienen que retribuir? Y lo más interesante… ¿A quién y cómo se los contrataron? ¿Más mochecitos?
Entones ahora no nos venga el Gobernador con que el desorden habitacional en la Sierra Norte, causante de la tragedia (que muchas personas se asientan irregularmente en zonas de riesgo), es un problema que “data de décadas atrás”, como se lo dijo cínicamente a Joaquín López Dóriga para intentar deslindarse de responsabilidades, ahora que anda tan hablantín promoviendo su “exitoso” gobierno.
Él sabía que podría haber desastres e inundaciones en el Estado de Puebla y por eso contrató seguros millonarios. Que no argumente ahora desconocimiento.
Y el dicho nervioso de que los problemas vienen de “décadas atrás” tampoco lo salva. Es más, es una soberana tontería.
En primera porque EL mismo fue parte de esos terribles gobiernos priístas de “décadas” atrás en cargos más que importantes (digo, él era Secretario de Finanzas y Desarrollo Social cuando el desastre de las inundaciones en el Gobierno de Melquiades Morales). Vaya, que no se muerda la lengua.
Y lo peor. Si él sabía –como se lo enfatizó a López Dóriga y a todo el que le ha preguntado- que los problemas eran visibles y reprobables desde décadas atrás… ¿Por qué carambas en lugar de hacer obras inservibles, de ornato, absurdas y hasta indignantes como su “Estrella de Puebla” que nadie pela ya, sus inútiles ciclovías de centenas de millones de pesos que nadie usa, un Museo Barroco de miles de millones de pesos al que NADIE va y Puentes que se inundan al menor aguacero en Puebla capital… no mejor destinó algo de esos miles de millones gastados irresponsablemente y con otros fines, a regenerar realmente y con verdaderas obras de ingeniería los caminos de la Sierra Norte, promovió programas de asentamientos regulares a miles de campesinos e indígenas, reforzó los programas de protección civil y diseñó programas de empleos para que los indígenas de la Sierra tuvieran mejores posibilidades de desarrollo y educación???
Sin comentarios.
Efectivamente, a la naturaleza no se le puede controlar.
Sobre todo a la naturaleza humana, cuando es soberbia y solamente busca sus propios intereses.
Como siempre, no sé ni para qué chingaos me enojo.