Por: Rodolfo Rivera Pacheco
La renuncia a su militancia panista por parte de la Señora Ana Teresa Aranda no se debe ver por lo que representa en cuanto a seguidores o daño cuantitativo al interior de ese partido político, sino más bien a su significado y mensaje simbólico en un momento tan especial como el que vive el PAN en Puebla y en el país.
Y la minimización o burlas con las que han manejado el hecho algunos morenovallistas sin visión, es muestra de que no han sabido interpretarlo de manera inteligente.
Ana Teresa Aranda fue y es una de las mujeres políticas panistas más conocidas en el Estado de Puebla y en el país entero. Aquí fue de todo en el PAN y sus luchas históricas contra el sistema priísta y a nivel federal fue la primera Presidente del DIF con Vicente Fox y después nada más la primera mujer Secretaria de SEDESOL y luego Sub Secretaria de Gobernación con Felipe Calderón. O sea, no es una militante cualquiera del PAN. Aranda siempre se ha codeado y es amiga de personajes nacionales y de candidatos y Presidentes de la República. Nomás hay que ver qué han opinado los panistas nacionales más famosos de la renuncia de Ana Tere.
Por eso su salida del PAN sí que hace daño al proyecto morenovallista, por más que sus corifeos resten importancia al asunto. Y el golpe fue más efectivo justo pro darse en la víspera de que la esposa del Gobernador asuma el control absoluto del PAN en Puebla.
Todo mundo se da cuenta: El PAN en Puebla ha sido tomado por un grupo que nunca militó en él, por ex priístas que ahora son los operadores (mapaches) electorales del Gobernador y por los pobres panistas (de un padrón inflado artificalmente con militantes de otros partidos como ya lo denunció el propio Ernesto Ruffo Appel) que se la pasan esperando un hueso que nunca llega (porque los huesos importantes siempre son para ex priístas).
Entonces, la renuncia de Ana Tere puede ser el inicio de todo un movimiento que unifique a los viejos panistas y las familias custodias del Yunque para recuperar su partido, ese que tantas chambas y alegrías les dio en el pasado. Pero también a muchos otros opositores y ofendidos por el actual habitante de Casa Puebla.
Y también será el inicio de todo un movimiento al interior del PAN nacional para evitar la candidatura de Rafael Moreno Valle a la Presidencia de la República. Acuérdense. El PAN nacional se dividirá profundamente en próximos meses. Solo les pido que se acuerden. Ya se ve venir.
Por supuesto, muchos de los niños cantores del Gobierno del Estado dirán que ni Aranda Orozco ni los panistas tradicionales hacen daño alguno al PAN morenovallista… pero solo tienen que recordar cómo les fue en la pasada elección de junio en la capital, cuando perdieron prácticamente todo justamente por la “huelga de brazos caídos” que protagonizaron los yunquistas que fueron instruidos a no salir a votar por los candidatos de Rafael Moreno Valle. Sí les afecta, aunque lo nieguen.
Pero más aún, con la moda de las candidaturas independientes, Ana Teresa Aranda muy bien puede ser lanzada como tal para la Gubernatura y abrirle un buen boquete al candidato empleado del Gobernador… y si la ley” le prohíbe serlo por no cumplir con alguno de los absurdos requisitos que aprobaron los diputados morenovallistas, fácilmente será “rescatada” por otro partido y de cualquier manera irá en las boletas, ya con una muy buena campaña de mártir perseguida por el Gobernador y su grupo de perversos.
Sí, los metieron en un buen problema. Porque la Señora Aranda no tiene absolutamente nada qué perder y sí mucho qué ganar. Para ésta o para la siguiente o para lo que sea. ¿No se dan cuenta, pequeños morenovallistas?
La moraleja de todo esto es que los ofendidos por el morenovallismo se van a unir en un frente común (tal como lo hizo Moreno Valle contra Mario Marín, será la misma metodología) que le mermará una buena cantidad de votos al candidato del PAN… y beneficiarán a el (a) candidato (a) del PRI… o en una de esas hasta les alcanza para su candidato independiente. Hay varios panistas ofendidos ya tirándole al asunto.
Por supuesto ya lo iremos midiendo.