Les pido a los cuatro que a veces revisan esta aburrida columna que disculpen la ausencia de un par de días. Andábamos en el vecino Estado de Veracruz levantando unas encuestas. En la zona capitalina de Xalapa-Coatepec, pues. Una vez hecho lo conducente, comento algunos temas del ambiente electoral-gubernamental que estamos viviendo en estos momentos en Puebla y el país en general.
Aunque se quiera negar o disfrazar un poco buscando mil y un pretextos (a los que nos tienen acostumbrados los políticos de todos los partidos), es muy claro que el gobierno del Presidente Felipe Calderón atraviesa por un momento de crisis y desencanto ante la sociedad.
De por sí, Calderón llega a su cargo en un ambiente de polarización mayúsculo, y con la mayoría de los votantes –y ciudadanos en general- que no emitieron su sufragio por él (recordemos que ganó por un poquito más de 15 millones de votos, de un padrón de más de 70 millones de mexicanos, y una población total de más de 101 millones).
Como siempre, las encuestas que hemos publicado (del BEAP, claro), no les terminan de gustar ni tampoco las creen los simpatizantes del Presidente o del PAN. Pero créanme, son absolutamente ciertas. Nos haríamos tontos solos si inventáramos datos o cifras. Aparte de no tener ningún sentido.
Pero bueno. Por lo anterior, es lógico también que en cualquier medición, la mayoría de ciudadanos sean críticos del actual Presidente. Y eso justamente es lo que ha sucedido últimamente. Aunque en algunos momentos de inicio de su gestión, Calderón lograba la aprobación de una mayoría aceptable de ciudadanos (superaba muchas veces el 60 %) en Puebla, ha venido bajando lentamente y hoy solo lo aprueba menos del 40 %.
¿Qué ha pasado?
Atendiendo los argumentos del propio Calderón Hinojosa y sus defensores (miembros de su gobierno o partido), el Presidente no tiene la culpa de un terrible escenario internacional en el que los altísimos precios del petróleo, la crisis mundial de los alimentos (que porque ahora los chinos e indios comen más y mejor…), la recesión de Estados Unidos y su sistema hipotecario quebrado, hacen que México salga dañado por todo y… aquí hay inflación, alzas de combustibles y hasta delincuencia y secuestros.
Por favor. Al rato los chinos también van a ser culpables de que loa Zetas anden por Puebla.
Otro argumento recurrente es que todo estaba mal en México antes de la llegada de Calderón. Que los priístas saquearon al país, que quebraron PEMEX, que no hay infraestructura porque todo lo hicieron mal, que las policías están llenas de delincuentes desde tiempos que gobernaba el PRI…
O sea que la inflación y crisis económica es por culpa de lo que pasa en el mundo y la crisis de inseguridad e ineficacia gubernamental es por culpa de los priístas. Todos menos Calderón y su gabinete.
Lo que se le olvida a los calderonistas es que México ya está gobernado desde hace 8 largos años por el PAN. Y toooodos esos argumentos de echarle la culpa al PRI ya no los cree nadie. Pero hay algo peor.
Calderón tiene como colaboradores a destacados priístas o expriístas disfrazados de panistas como Luis Téllez Kuenzler, el mismo Agustín Carstens, Javier Lozano Alarcón, Reyes Heroles y muchos mandos medios en todas las Secretarías de Estado. Y algo todavía peor: Felipe Calderón sostiene una alianza con el símbolo del sistema caciquil sindical de los tiempos de oro del PRI, es decir con Elba Esther Gordillo, la misma a la que el hoy Presidente y cientos de panistas más aborrecían y decían de todo hace solo unos años.
Y, Kafka por delante, algunos de esos ahora colaboradores de Calderón, eran los mismos que lanzaban feroces críticas contra Fox, el PAN y sus gobiernos hace solo unos cuatro o cinco años…
¡Que alguien nos explique!!!!
Lo cierto es que para estos momentos la mayoría de ciudadanos ya no le están creyendo a Calderón. Dos años han sido suficientes (más los 6 de Fox) para darnos cuenta que no todo lo que pasa en México es culpa de los de antes ni de los de afuera. No. Calderón y los panistas son responsables y sería honesto que lo aceptaran de una buena vez.
Y para desgracia de Calderón y panistas (y priístas disfrazados) desmemoriados que lo acompañan, la gente tiene esa cosilla que se llama sentido común. Y la caída del Presidente en las encuestas de aprobación social, también se está traduciendo en una caída de la preferencia electoral por el PAN en todo el país, y desde luego, en Puebla.
Ya les he mostrado algunas de ellas en Puebla. El PRI le sigue sacando una buena ventaja y creo que tiende a crecer. Y en Veracruz ni se diga, allá el PAN está literalmente perdido ante la ola fidelista (en serio, es increíble como adoran –lietaralmente- a Fidel Herrera los jarochos…, quien hoy tiene las más altas calificaciones a un Gobernador, junto con Enrique Peña Nieto).
Oscuro panorama para el blanquiazul, pues.
En fin. Ahí están los datos de esa cochina y perversa realidad que a no todos agrada.
