Varios de sus puntos propuestos (de la mentada reforma política) ya los hemos comentado aquí mismo y hay algunas buenas ideas: la urgente reelección de legisladores y Alcaldes (por el momento, ya que yo pienso que la reelección debe ser para cualquier cargo), las candidaturas independientes, las segundas vueltas electorales y… la desaparición de los Institutos Electorales en los Estados para que solo exista un Instituto Nacional Electoral.
Y sobre este último punto habría que comentar algunas cuestiones.
De entrada –obvio- los Consejeros Electorales dizque ciudadanos en los Estados han protestado unánimemente sobre el asunto. Saben a la perfección que eso significaría que se adelantara su salida varios años antes y dejarían de percibir su jugoso salario (que en Puebla ronda cerca de los 100,000 pesos). En Puebla los actuales Consejeros van a estar –si no se aprobara la ley- poco más de 6 años más, de los que les faltan más de 5. Natural que se quejen.
Pero el problema no sería los sueldos, sino que todos los Consejeros Electorales no son ciudadanos apartidistas, sino la maldita cuota que se despachan los partidos para manejar y controlar el órgano supuestamente independiente.
En Puebla, el Instituto Electoral del Estado está integrado por un grupo de Consejeros que son prácticamente empleados del Gobernador. Lo sabemos todo mundo. Todos llegaron por la influencia de poderosos personajes que son miembros del gobierno del Estado.
El propio Presidente, sin experiencia alguna ni currículum que lo respaldara en el ámbito electoral (todos fuimos testigos de sus absurdas pifias durante el pasado proceso electoral) llegó al cargo porque ser conocido de un poderoso personaje del actual Gobierno… porque los hijos de ambos eran compañeros de Colegio.
Ahora bien, nuestros Consejeros dizque ciudadanos actuales se quejan amargamente de la probabilidad de que sean echados de sus cargos… Pero da la casualidad de que el Partido político que está proponiendo la desaparición de los Institutos Electorales en los Estados es el PAN, del que proviene –supuestamente- el actual Gobernador poblano. El mismo que quiere liderar al partido blanquiazul y que de ninguna manera se opondrá a lo que propone éste al respecto.
Vamos, el Gobernador Moreno Valle no va a mover un dedo para defender a los Consejeros poblanos, si la propuesta de su Partido avanza a nivel nacional. Igualito que no movió un dedo para defender a Elba Esther Gordillo cuando fue encarcelada o a su hija Mónica Arriola cuando fue echada de Nueva Alianza (partido de su propiedad en Puebla, pues). Es su naturaleza.
Dice el dicho que nadie sabe para quién trabaja.
Pero reitero: La propuesta de que exista un solo órgano nacional de elecciones a mí me parece positivo, desde el momento en que provocaría la desaparición de los inútiles y manipulados Institutos electorales en cada Estado.
Porque el PAN propone el tema ya que se queja de que en todos los Estados gobernados por el PRI, sus Institutos electorales son controlados por los perversos Gobernadores tricolores (lo cual es absolutamente cierto). El detalle es que el PAN y sus líderes nacionales no dicen una palabra de cómo es controlado el Instituto Electoral poblano, donde los Consejeros son empleados del Gobernador.
Esa maldita maña panista de ver todo lo malo en el PRI, pero no abrir la boca sobre los excesos de sus Gobernadores. La famosa doble moral, pues.
Por último, la oposición de algunos sobre la creación del nuevo órgano nacional de elecciones tiene que ver con el regreso al “centralismo”.Y quizás tengan algo de razón… pero se tiene que hacer algo para que los Virreyes de México, o sea los Gobernadores, ya dejen de manejar a su antojo y fraudulentamente las elecciones en sus Estados, con la complacencia y aplauso de sus empleados en los IEE’s.
Por supuesto, el nuevo Instituto Nacional de Elecciones tendría que componerse de Consejeros verdaderamente ciudadanos y con una preparación impecable. Y obviamente, NO ser votados por los Diputados en el Congreso que siempre van a buscar intereses de sus partidos, sino surgir de ternas propuestas y votadas por organismos ciudadanos que pueden ser las Universidades, los organismos empresariales, los Clubes de Servicio o las asociaciones o gremios de profesionistas.
Un sueño, pues.
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