04-12-2024 12:02:39 PM

Entendimento vs resentimiento

Por Jesús Manuel Hernández

 

Para entender el presente habría que buscar en el pasado. Y es que como escribiera Ricardo Moreno Castillo: “… la estupidez es amnésica. Si la memoria es indispensable para la inteligencia… la desmemoria lo es para la tontería”.

Los buenos resultados de Sergio Salomón Céspedes al frente de un gobierno de apenas 24 meses, solo pueden entenderse si no se pasa por alto el rencor, el resentimiento del anterior gobernador quien sembró minas en todas partes y cosechó explosiones al paso de su gestión.

Por eso no pudo soportarse la imposición de un gobernador con las mismas tendencias, rencores y resentimientos, y la clara tendencia a formar un grupo político que trascendiera a su periodo, en las manos de Julio Huerta.

Las pruebas fueron evidentes hace dos años y lo acaban de ser más concretas en los últimos días. El barbosismo no existe, no tuvo buen inicio y no tuvo buen final.

La sociedad poblana se alejó del gobierno, los funcionarios públicos no tendieron puentes de plata, por el contrario atizaron contra quienes se pensaba no eran aceptados por Casa Aguayo.

Cada mañanera se marcaba la agenda en medio de regaños, críticas sin sentido y decisiones arbitrarias quizá emandas, dicen algunos, de la mala información recibida por Barbosa.

El caso es que el barbosismo como modelo de administración fracasó.

Y ahí radica una buena parte del éxito de Céspedes Peregrina quien impuso, con el diálogo y los puentes de plata, un estilo diferente, los poblanos volvieron a voltear a su gobernador y recibieron una mano de acercamiento.

El resentimiento y el rencor del barbosismo, prácticamente en extinción, tuvieron su mejor regalo el pasado 22 de noviembre en el Segundo Informe de Gobierno.

Ex gobernadores poblanos-poblanos, no importados, juntos, Melquíades Morales, Tony Gali, Guillermo Pacheco, como referencia de los puentes de plata y el rechazo al resentimiento.

Hubo dos factores en estos 24 meses que hicieron posible la buena gestión, uno el Secretario de Gobernación, el otro la estrategia bien ejecutada de Comunicación, sin excesos.

Lo más difícil que enfrentó Sergio Salomón al inicio de su gobierno era reconciliar a la sociedad con el poder político y al final lo hizo posible.

Ahí queda un ejemplo de como cuando se quiere, se puede, cuando se antepone el interés del pueblo los resultados son aplaudidos.

Pues bien, quizá el doctor Alejandro Armenta Mier debiera repasar este estilo, que a final de cuentas fue bien calificado.

O por lo menos, así me lo parece.

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