Por Valentín Varillas
No, no sólo es en tiempo presente.
Tampoco sus relaciones perversas con lo más granado del huachicol.
El dueño del PSI tiene experiencia ya en las sucias artes del delito.
En la década de los 90 encontró una auténtica mina de oro, aprovechándose de la necesidad de aquellos poblanos que, ante la falta de oportunidades en sus comunidades de origen, buscaban el famoso “sueño americano”.
Llegar a los Estados Unidos para acceder por fin a una vida digna.
El tránsito de cruzar como ilegales era -y sigue siendo por supuesto- un calvario lleno de todo tipo de riesgos.
Polleros abusivos que cobraban auténticas fortunas y que en muchos casos abandonaban a sus “clientes” a su suerte.
Cientos de muertos dejaron como saldo fatal.
Además, la posibilidad real de ser sorprendidos por la “migra” y deportados a México.
Tanto en el momento del cruce, como ya en territorio americano.
Carlos Navarro vio en esta realidad una oportunidad de negocio.
A través de auténticos profesionales, confeccionó un sofisticado esquema de falsificación de visas americanas que vendía como pan caliente en las comunidades tradicionalmente expulsoras de migrantes.
Algunas pasaron los filtros de entrada establecidos por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Las limitantes tecnológicas de aquellos tiempos, complicaban la detección de documentos falsos.
Sin embargo, el que se descubriera el ilícito era solo una cuestión de tiempo.
Poblanos empezaron a ser detenidos por tratar de ingresar de manera fraudulenta a la Unión Americana.
La información obtenida a través de los interrogatorios llevados a cabo por parte de las autoridades de ese país, fue la ruta que los llevó hasta Navarro.
Se solicitó la intervención de las autoridades mexicanas quienes procedieron a la detención del hoy líder partidista.
Sin embargo, a pesar de la gravedad de los hechos, estuvo privado de su libertad muy poco tiempo.
Sus relaciones con influyentes personajes del mundo de la política y la abogacía lo salvaron del cadalso.
Pero queda esta historia como certera radiografía de quien hoy es señalado por perfilar y apoyar el ingreso a la política partidista y el servicio público poblanos a personajes relacionados con la ordeña y venta de combustible robado a Petróleos Mexicanos.
Una industria criminal que creció de manera exponencial y dejó millonarias utilidades durante los gobiernos de Rafael Moreno Valle y José Antonio Gali Fayad.
Coincidentemente, los años de creación y crecimiento del partido Pacto Social de Integración.
Origen es destino; no hay duda.
Y lo que todavía nos falta por ver.
Carpetas, archivos, imágenes, el tipo y la contundencia de pruebas que ya se analizan.
Y no con lupa, faltaba más, las huellas dejadas fueron detectables rascando tan solo un poco.
Muy poquito: casi nada.
Lo que se viene, promete ser de antología.
Uff! – lo que va a salir.
Qué pinches nervios.