Por Jesús Manuel Hernández
Todos las apariciones de actores políticos conducen a un solo camino: la elección de 2024. No hablo del orden nacional, en Puebla, las piezas se mueven y cada protagonista va dando luces de sus habilidades, de sus compromisos, de su capital y en el entorno cada uno va recibiendo apoyos, peticiones, planes, ofertas de precampaña pues el viejo estilo del tricolor sigue imponiéndose incluso en la 4T.
Será casualidad o más bien coincidencia, pues dos de los actores con más soporte fueron formados en el PRI, en el sistema centralista y presidencial, de ahí que sus apariciones se acercan mucho al viejo estilo.
Por orden alfabético desfilan:
Alejandro Armenta Mier, senador por Morena, de los últimos en renunciar al PRI y firmar la adhesión a López Obrador. Cercano a Ricardo Monreal, presidenciable, con arraigo en el campo.
Armenta viene recibiendo el respaldo, por lo menos en foto, de los priístas en desuso, esos que estuvieron cerca del reparto de la riqueza, aunque muchos de esos apoyos se quedaron en el camino.
Quizá el más notable sea el del grupo de Juan Manuel Vega Rayet, político salpicado de marinismo, melquiadismo, charbelismo y con fuerza en Izúcar de Matamoros, quizá su activo más notable en el momento actual. Su renuncia al PRI fue en agosto de 2020 motivado por la llegada de Néstor Camarillo a la dirigencia estatal y ajeno a los intereses de Vega Rayet quien arrastró en su salida a Germán Sierra y Adela Cerezo entre otros.
Vega y otros se reunieron recientemente con el senador Armenta, tomaron fotos y mandaron un mensaje: Los expriístas sumarían con él para el 24; con ello el PRI estatal, cuyo jefe oficial es Néstor Camarillo, se reduce a los intereses de Jorge Estefan Chidiac, hoy por hoy, el operador más importante de la estrategia de Casa Aguayo.
Armenta tiene en su haber la fortaleza que le da el ser senador, por tanto, tiene carta abierta para hacer reuniones, provocar acercamientos y hasta ahora lo ha hecho sin generar sombras al gobernador.
Armenta también ha registrado el acercamiento con las bases originarias de Morena en Puebla, como Claudia Rivera Vivanco, por ejemplo.
Se desprende de los acercamientos que la corriente no tomada en cuenta por Estefan está decidida a llevar a los activos que pueda a las filas de Morena.
En otro carril aparece Ignacio Mier Velazco, a quien muchos identifican con el grupo, si es que queda, de Manuel Bartlett, debido a su cercanía con el entonces candidato gracias a Matilde del Mar Hidalgo y a su eficiente trabajo como dirigente del PRI. “Nacho” como le dicen sus cercanos, es un hombre de poder, tiene posiciones firmes, su hija es legisladora, su hijo presidente municipal de Tecamachalco y es quizá después de Elizabeth García Vilchis, el poblano que más ve y habla con el Presidente. Curiosamente García Vilchis es la suplente en el Congreso de Puebla de Diana Mier Bañuelos, la hija de “Nacho”.
Mier también viene recibiendo apoyos, quizá más discretos, el más notable de Enrique Doger Guerrero, aun militante del PRI, y quizá el poseedor de más capital político en el tricolor. Doger y su grupo no son bien vistos en Casa Aguayo, una muestra de ello es la cantidad de auditorías ordenadas en sus empresas.
Mier tiene menos juego para tener reuniones de acercamiento, su chamba es en este momento la Reforma Eléctrica, y ese es un tema presidencial, si lo consigue, su activo se multiplicará.
En el PRI no hay figura central que tenga los “tamaños” para presentarse por sí misma en la lista.
Bórrese a Néstor Camarillo, a Jorge Estefan Chidiac, quien tendrá que resignarse a ser la pieza de unión, de operación, métase en el juego a Blanca Alcalá a quien empiezan a promover sus antiguas huestes, una figura que quizá en lugar de sumar venga a restar a quienes se han quedado en el partido.
¿Y en el PAN? Todas las maniobras se ven dirigidas a proteger a Eduardo Rivera Pérez, quizá el activo más bien terminado del panismo local y con la responsabilidad de hacer un bueno gobierno.
A diferencia de Armenta, de Mier y de Alcalá, el futuro de “Lalo” parece mas definido. Si Armenta no es candidato su carrera podría estar en el orden nacional con Monreal si el senador es candidato presidencial.
Si Nacho Mier no es candidato, su futuro estará muy cerca de la decisión presidencial en los siguientes dos años.
Si Alcalá no es candidata al gobierno, sus asesores, Charbel y demás, la ubican compitiendo de nuevo por la capital del Estado.
En cambio “Lalo” Rivera, si no es candidato al gobierno bien puede ser el aspirante natural al senado o a una diputación federal o incluso a repetir en la Presidencia Municipal.
O por lo menos, así me lo parece.