Por Alejandro Mondragón
Cada quién con los suyos y proyectos de nación: Enrique Peña Nieto en los tiempos del Pacto por México y Andrés Manuel López Obrador con la Cuarta Transformación.
Arropados por gobernadores, los peñistas y los lopezobradoristas, en fotos paralelas que marcaron, en el primero caso, a todo un sexenio.
¿Cómo se analizará la instantánea de los mandatarios de Morena con López Obrador, en unos años más?
La foto de Peña Nieto con los gobernadores, suyos todos, ha sido catalogada como maldita.
Los exmandatarios acabaron muy mal. Unos murieron, otros en la cárcel o perseguidos por la justicia: Roberto Sandoval de Nayarit; César Duarte de Chihuahua; Roberto Borge de Quintana Roo; Javier Duarte de Veracruz; Fausto Vallejo de Michoacán; Rodrigo Medina de Nuevo León; Andrés Granier de Tabasco; Mario Anguiano de Colima; Rubén Moreira de Coahuila (coordinador electo del PRI en la próxima cámara de diputados); Edigio Torre de Tamaulipas; Rafael Moreno Valle murió.
Ahora, los mandatarios locales morenistas con López Obrador en una foto que seguro será motivo de comparaciones, aunque hay que dejar en claro que a sus gobernadores se les pueden señalar muchos defectos, pero ninguno es acusado hoy de corrupción o de ligas con el crimen organizado.
Con Peña Nieto, su Pacto por México fracasó y se exhibió como instrumento de corrupción y moches con sus opositores, además de que sus mandatarios acabaron muy mal.
Hoy, López Obrador y Cuarta Transformación con sus gobernadores entran al escrutinio abierto para consolidar lo que se propusieron o quedar en el intento.
Son los paralelismos que siempre trae la política, nadie lo puede remediar.
