Por Valentín Varillas
Vaya recibimiento de auténtico héroe, el que le dio el PAN poblano a su nuevo delegado nacional, durante su Consejo Estatal.
No era para menos.
Largos y muy duros meses han vivido en la más triste orfandad política.
A partir de la desaparición del morenovallismo como grupo político en la entidad, no ha existido una figura que los una, los cohesione y sobre todo, le dé forma a una estrategia electoral potencialmente rentable en términos de votos que les permita ser competitivos en el proceso del 2021.
Y por alguna extraña razón, ven en la figura de José Luis Ovando Patrón a su próximo mesías.
¿Estará a la altura?
Se ve difícil.
Y es que, entre otras cosas, existen algunos distractores que tal vez no le permitan dedicarse en cuerpo y alma a su nueva responsabilidad en el estado de Puebla.
Ovando tendrá que destinar tiempo y mente en atender algunos procesos legales que dejó pendientes en su natal Baja California.
Según la Fiscalía General de la República y las autoridades de aquel estado, el panista es presunto culpable por los delitos de cohecho, peculado, enriquecimiento ilícito, falsificación de documentos, fraude, abuso de autoridad, administración fraudulenta y/o colusión de servidores públicos.
Nada más.
Entre otras cosas, se le señala por desviar 16 millones de pesos del Consejo de Administración del Centro de Estudios y Análisis Humanistas A.C del cual era presidente, con fines netamente electorales.
Este dinero se consiguió a través del descuento del salario de los trabajadores, sin que ellos hubieran dado su consentimiento.
Todo esto durante la administración del ex gobernador Francisco Vega Lamadrid, quien también enfrenta denuncias penales.
Además, se le relaciona también con Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe calderón quien hoy está siendo juzgado en los Estados Unidos por presuntos nexos con le crimen organizado.
Ovando habría fungido como “asesor”, con responsabilidades de coordinación y ejecución en esquemas de seguridad pública, apoyado por Javier Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco que fue Secretario de Gobernación de Calderón al principio de su sexenio.
Es evidente que no existe todavía una sentencia inculpatoria que demuestre las acusaciones en su contra, pero también es un hecho que enfrentar asuntos legales de tal envergadura y alcances, deben de quitar tiempo, pero sobre todo tranquilidad.
Mucha tranquilidad y paz mental.
Por eso el cuestionamiento de que si se trata del perfil ideal para la complicada situación que se vive actualmente en el PAN local, con el fantasma de la fractura y la división rondando el partido y con una ausencia absoluta de liderazgos de peso.
Solo los del blanquiazul lo saben.
Sin embargo, no sería difícil concluir que este éxodo apurado hacia tierras poblanas, además de responder a cuestiones netamente electorales, serviría además para brindarle a Ovando una buena ruta de escape, en caso de que las cosas en BC se le compliquen todavía más.