Por Alejandro Mondragón
En lo que fue su primera, quizá única, reunión de gabinete, la entonces gobernadora Martha Érika Alonso valoraba con su equipo las obras y acciones que emprendería en el arranque del 2019.
Reunida en la sala de juntas del Centro Integral de Servicios, entró el senador Rafael Moreno Valle para preguntar qué hacían.
Y ella le explicó que analizaba atender un compromiso de campaña: la reconstrucción de la Interserrana, pues era urgente su intervención.
Moreno Valle le preguntó: ¿Y cuántos votos va a dejar?
La mandataria le respondió que no se trataba de eso, sino de atender un reclamo de años.
“Pues obra que no deja votos, no sirve”, estableció ante el silencio de todos.
Martha Érika le contestó que las obras eran para atender rezagos sociales y que la haría sin esperar algún beneficio político o electoral.
Ya se imaginarán cómo se puso el exgobernador, quien alcanzó a señalar antes de irse a un compromiso que tenía:
“Pues tú fuiste la última persona que apoyé sin ir yo en la boleta electoral”.
La obra de arranque del sexenio, por obvias razones ya no la hizo Martha Érika Alonso, peeeeero resulta que esta semana el gobierno de Luis Miguel Barbosa anunció el inicio de la reconstrucción de la Interserrana con el inicio de la rehabilitación de 36 kilómetros.
Se invertirán 85.7 millones de pesos, pero además el gobierno de Andrés Manuel López Obrador reconstruye 20.5 kilómetros, por lo que, al cierre del año la carretera estará totalmente rehabilitada.
Van a beneficiar de manera directa a 189 mil 247 habitantes de nueve municipios: Zacatlán, Ahuacatlán, Tepango de Rodríguez, Camocuautla, Zapotitlán de Méndez, Huitzilan de Serdán, Xochitlán de Vicente Suárez, Nauzontla y Cuetzalan.
La prioridad de ella, el desdén del otro, acabó por convertirse en una de las obras prioritarias de Barbosa, a quien tanto descalificaron en 2018.
Así la vida.
