Por Alejandro Mondragón
Ya se tienen ubicadas las fuentes de financiamiento del poder opositor, cuya llave del cash empezará a cerrarse en el arranque formal del proceso electoral del 2021.
Varias son las acciones tomadas que parten de secar las campañas opositoras y dejarles sólo el financiamiento público que reciben los partidos.
El gran capital ha tenido que desembolsar miles de millones de pesos para pagar impuestos no enterados durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Algunos, un poco más atrás.
Con la pandemia del coronavirus, la crisis y ahora las coberturas fiscales no previstas, ¿tendrán dinero para meterle a las campañas opositoras?
Los gobiernos panistas acusan desde hoy un recorte presupuestal federal para complicar aún más la suficiencia de recursos ante el coronavirus.
¿Qué tienen en común aquellos estados visitados por el presidente Andrés Manuel López Obrador: Veracruz, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Morelos?
Además de la reserva de votos que ofrecen, a todos los une la ruta del dinero generado, a través de las empresas factureras que se usaron en los dos anteriores sexenios para manejar alrededor de 300 mil millones de pesos.
El presidente López Obrador arrancará la semana precisamente con una primera denuncia contra las firmas fakes por fraude al fisco cercano a los 48 mil millones de pesos.
Exhibirá la colusión entre capital y poder político. Entre empresarios y calderonistas y peñistas. Entre empresas fantasmas y funcionarios públicos.
La defraudación con empresas fakes es catalogada ya como delito grave, equiparada a la delincuencia organizada.
Y en Puebla operó toda una red de empresas y políticos que se favorecieron con este esquema para lavar dinero y sostener el flujo de recursos que las campañas de su momento requerían.
La lucha por el poder pondrá a Santiago Nieto como jefe real de la campaña de la 4T para conservar mayoría legislativa, gubernaturas y alcaldías, desde la Unidad de Inteligencia Financiera.
La BOA llegará a la elección sin dentadura.
