Por Rodolfo Rivera
En las últimas semanas se han publicado numerosas “encuestas” y sondeos de opinión pública sobre evaluación gubernamental. Diarios y programas de radio y televisión han difundido mucho cómo ha crecido la desaprobación gubernamental en general, pero llama la atención que sean los gobiernos de MORENA los que supuestamente están peor calificados y en especial “ha bajado considerablemente la aprobación del Presidente Andrés Manuel López Obrador”.
La empresa que me honro en encabezar, el Buró de Estrategias y Análisis del Poder, S.C. (BEAP para muchos ya conocido) tiene más de 20 años analizando y estudiando la opinión pública en Puebla y muchas zonas del país. Hago el comentario porque creo que es necesario puntualizar algunas cosas que la mayoría de personas no entiende bien y los medios difunden en forma indiscriminada por ser “nota”, pero la mayoría de veces sin sustento real alguno.
Primero, cuestiones metodológicas.
He repetido hasta la saciedad que para poder saber opinión pública representativa, la única forma de hacerlo es mediante ejercicios de medición cuantitativos (encuestas) en campo. Vamos, entrevistas cara a cara, domiciliarias y puntos de muestreo donde el encuestador tiene el control para saber si la persona elegida (que constituye parte de una MUESTRA) efectivamente es parte del grupo que estoy buscando (vive ahí, es parte de la sección electoral que analizo, es el género que busco, pertenece a la colonia que analizo y con ellos es parte del grupo sociodemográfico que quiero, etc.).
En una encuesta en campo, tienes la garantía de buscar y encontrar efectivamente a una muestra representativa de la sociedad. Es la forma más efectiva de saber preferencia electoral, por ejemplo, porque tu muestra es representativa de TODOS los posibles votantes. Y aún así, hay un margen de error, como en todo ejercicio probabilístico.
Las encuestas telefónicas NO son representativas de toda la sociedad. Lo siento.
La mayoría de personas NO tienen línea telefónica en sus casas ya, y eso deja fuera de la muestra a la mayoría de habitantes de un lugar (en Municipios rurales es raro ya quien tiene teléfono en su casa). Los que aún tienen teléfono en su casa son los habitantes de clase media para arriba, que normalmente han tenido una preferencia mayoritaria por el PAN en cuestiones políticas.
Prácticamente todas las encuestas telefónicas de preferencia electoral, siempre tienen un sesgo “panista”, por lo anteriormente explicado. Perdón, pero así es, salvo casos excepcionales.
Las encuestas “por internet” también se están haciendo mucho últimamente. El razonamiento es “que si al menos 80% de la gente usa facebook (por ejemplo), pues entonces casi toda la sociedad está ahí representada”. Y no es así. Es la misma situación de las encuestas telefónicas. Nunca tienes la seguridad de que quien te responde sea la persona que buscas en tu muestra y además, quien contesta el cuestionario decidió hacerlo, y generalmente son personas que quieren hacerlo porque tienen una tendencia política predeterminada que quieren demostrar.
Las que se envían por mail peor tantito: Solo son usuarios que yo tengo o que consigo, pero que NO son una muestra de toda la sociedad (por varios miles que sean… que generalmente a la mayoría no les gusta responder encuestas).
Si tuviéramos un aparato conectado a cada celular (ya hay cerca de 100 millones de usuarios de celular en México) y la gente respondiera el cuestionario en forma espontánea (nunca obligatoriamente)… muy seguramente podríamos ubicar a una muestra válida nosotros (los encuestadores que diseñamos la muestra para que sea representativa).
Ya se están haciendo experimentos (nosotros mismos) para “muestrear” usuarios de facebook. También los usuarios telefónicos son “muestreados” (lo sé, amigos que hacen encuestas telefónicas). Pero creo que los sesgos en la representatividad siguen siendo el problema.
Pufff. Lo que se ha estado haciendo en las últimas semanas son encuestas telefónicas y por internet o redes sociales. Por razones obvias. NO podemos salir aún a hacer encuestas domiciliarias y en vía pública por precaución… y también por disposición gubernamental.
Vamos, si de por sí nuestro oficio está basado en las leyes de probabilidad y estadística y todo ejercicio de muestreo conlleva un margen de error (encuestas de campo), pues con mayor razón los ejercicios telefónicos y ahora los digitales por internet.
Todas las encuestas que se han publicado son de ese tipo. Y todas desaprueban con dureza al gobierno federal. Algunas más, otras menos, pero todas coinciden en que la aprobación al Presidente de la República ha bajado considerablemente en comparación con el inicio de su gestión.
Y seguramente puede ser así… pero la mayoría de esos ejercicios de medición también reprueban la labor de la mayoría de gobernadores de extracción MORENA, pero ponen muy bien aprobados a… los del PAN. Los priístas andan en media tabla.
Perdón. Pero todas esas mismas casas encuestadoras decían en su momento que ganaba Ricardo Anaya en 2018 y en Puebla que arrasaba el PAN y Martha Erika Alonso. Y… NO ocurrió así.
Además, en TODO el mundo la gente está reprobando la acción de sus gobernantes. En todas las emergencias, desastres y ahora pandemias así reacciona la gente en general: Busca culpar a los gobiernos de todo lo que ocurre. Todos andan desesperados, enojados, deprimidos por la actual situación económica y por la propia psicosis por la epidemia y naturalmente hacen responsable al Gobierno de todos sus problemas.
Por esa misma razón también medio mundo anda inventando rumores y teorías conspirativas sobre la pandemia; Que el virus fue creado, que hay un complot para expandirlo por parte de perversos gobiernos y líderes que controlan al mundo, que los ricos de organizaciones secretas quieren que mueran millones de ancianos para que el sistema mundial ya no gaste en ellos y un largo etcétera de barrabasadas.
Normal también. Así ha ocurrido y seguirá ocurriendo cada vez que haya desastres y ahora pandemias como la que estamos viviendo.
En fin. No digo que la gestión de López Obrador no haya disminuido en aprobación. Es lógico que así suceda por el ejercicio gubernamental y desde luego por el manejo de la propia emergencia del COVID-19. No digo que los ejercicios de medición de opinión pública electrónicos no sirvan para nada. Es lo único que hay al momento.
Pero debemos esperar a que se estabilicen los estados de opinión. Debemos esperar a que haya resultados del manejo gubernamental de la crisis. Y sobre todo, los encuestadores debemos hacer trabajo de campo para saber cómo anda realmente la evaluación social de los gobernantes. Entonces podremos saber la realidad.
Francamente, creo que todos los ejercicios de medición de opinión pública telefónicos y digitales que se han difundido en las últimas semanas y hasta ahora… tienen también un sesgo de interés de los que los hacen o difunden: Ya se volvió costumbre difundir cosas negativas de un gobierno, para que éste “reaccione” y entonces… contrate al medio/casa encuestadora para que haga “nuevas mediciones” en las que naturalmente obtendrá mejores resultados y datos. De primero de primaria. Allá los gobernadores que caen en el tonto juego del espejo de la bruja de Blanca Nieves.