11-10-2024 09:00:24 AM

Señales

Por Jesús Manuel Hernández

Vaya semana salpicada de coronavirus y señales políticas encontradas en el quicio de la puerta entre los actores de la escena política estatal y municipal.

Todo empezó cuando el gobernador Barbosa anunció que haría cambios en las áreas de seguridad pública en consecuencia del asesinato de los tres estudiantes y el conductor de taxi el 22 de febrero. Las reacciones inmediatas se tradujeron en el cambio de titular de la SSP del Estado.

Poco después se amplió la decisión a los niveles municipales y con ello se anunció casi como festejo la salida de Lourdes Rosales.

En los pasillos de Palacio Municipal se dudaba de la salida de la titular de Seguridad Municipal, ampliamente defendida por Claudia Rivera. Los expertos consideraron que el anuncio de un mando único de policía era necesario en la zona metropolitana y por tanto los cambios.

Todos saben que la mano que mece la cuna en temas de seguridad es la de Ardelio Vargas Fosado, quien desde la campaña de Miguel Barbosa dio muestras de apoyo.

Lo demás han sido noticias a cuenta gota sobre cómo hacer realidad la decisión de nombrar a Carla Morales Aguilar como responsable de la seguridad angelopolitana.

Quienes están en contra resaltan su inexperiencia en estos temas, quienes están a favor hablan de que Ardelio Vargas está detrás y eso basta.

Sea como sea, el gobernador Barbosa se ha mantenido firme en su decisión, aunque el nombramiento no acabó de aterrizar.

El lunes de la semana pasada la señora Morales Aguilar llegó al Ayuntamiento de Puebla, había sesión y en ella tendría que ser propuesta para el cargo y asumirlo. Subió por el elevador, fue invitada a permanecer en un privado mientras se desarrollaba la sesión de cabildo. La Presidenta Rivera abandonó la sesión mientras se desahogaban algunos puntos, nada extraño.

Pero he aquí que la Presidenta no regresó a la sesión. Versiones no confirmadas indicaron que se encontraba en Casa Aguayo, y que no permaneció mucho tiempo.

El caso es que Carla Morales no asumió el cargo. Migue Barbosa declararía después que Morales Aguilar sería “delegada” de Seguridad Pública en la capital.

¿O sea? ¿Será o no será Secretaria de Seguridad? Mientras tanto Lourdes Rosales sigue despachando.

Otro asunto que marcó diferencias entre los niveles de gobierno fue el anuncio de las medidas de precaución para enfrentar el asedio del Covid-19, vulgarmente llamado coronavirus.

Las señales nacionales por boca del subsecretario López Gattel estuvieron enmarcadas en las recomendaciones de suspender actividades de servicios no esenciales como seminarios, foros, clases, etcétera.

Claudia Rivera se adelantó al Gobierno de Puebla y anunció la suspensión de actividades. Usó un video mensaje para comunicar su decisión.

Poco después sería el titular de la SEP, Esteban Moctezuma quien anunció la suspensión de clases y adelanto de vacaciones para evitar escenarios donde pudieran darse contagios. Su anunció llegó a ser el trend topic en las redes sociales.

Un reportero preguntó en entrevista callejera al gobernador sobre si el gobierno detendría sus actividades y evidentemente el cuestionamiento le molestó. La respuesta dejó entrever el alejamiento.

Barbosa fue muy claro: Exhortó a las autoridades municipales a dejar el “protagonismo” y a demostrar que hay coordinación con el Poder Ejecutivo, ya que con “unidad y acción” se evitará que la sociedad actúe con pánico y se genere un caos y confrontación entre los habitantes.

Señales encontradas, divergentes, que abonan el caldo de cultivo con miras al 2021.

Las mediciones de preferencias electorales darán luces sobre cómo afecta a MORENA esta circunstancia tan peculiar, síntoma de cómo los poblanos hacen política.

O por lo menos, así me lo parece.

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