Por Rocío García Olmedo
Leía un ensayo el fin de semana que me parece es el retrato que requiero para explicarme lo que actualmente se percibe en el imaginario colectivo.
“…nuestro país está lleno de conservadores que no se asumen como tales y que en muchos casos ni siquiera son conscientes de ello”. “Los conservadores mexicanos no han tenido más remedio que vestir traje de liberal. Por eso hay que rascar la cáscara de su vocabulario y hacerse cargo de la pulpa…” (Silva-Herzog Márquez, Nexos, 01/10/2019).
Absoluta verdad. Pareciera que la mayoría de diputados y diputadas que conforman la coalición legislativa mayoritaria en el Congreso de Puebla pertenecen a este grupo, y no han tenido más remedio que -como bien se escribe- que vestirse con un traje de liberal para dar paso a sus ambiciones e intereses personales.
Lo refiero por la actuación que han tenido respecto de las Iniciativas al Código Civil y Penal ambos del estado de Puebla, que se contienen en el “paquete de iniciativas a favor de las mujeres” -así lo llamaron- y que abordan -entre otros- el matrimonio y la penalización que implica la criminalización de las mujeres que interrumpen embarazos.
No hubo oportunidad en Comisiones ni siquiera de debatir el contenido de la propuesta enviada por el gobernador del estado de Puebla respecto del artículo 294, no consideraron escuchar sobre la urgencia de acatar el Resolutivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en relación al matrimonio igualitario para incluirlo de una buena vez. “Mayoritearon” para evitar debatir.
Lo mismo pasó cuando se llegó al análisis artículo 342 del Código Penal, que continúa penalizando y criminalizando a las mujeres y que no redujo la sanción como se pretende hacer creer, ya que permanece la sanción que señala actualmente la primera parte de este artículo. Se retira sí y ¡qué bueno! Hubiera sido el colmo que al intervenir este artículo no se hiciera. El retiro que contiene la segunda parte del mismo artículo, tres fracciones que retratan con mucha claridad la criminalización que se ejerce en contra de las mujeres: “que no tenga mala fama” “que haya logrado ocultar embarazo” “que este no sea fruto de matrimonio”.
Como menciona el ensayo, al rascar la cáscara de su vocabulario y hacerse cargo de la pulpa, fueron retratados, no tuvieron elemento alguno para entrar al debate.
Ahora bien, sería absolutamente legítimo y respetable su disenso si se asumieran como tales, su incongruencia está en que se autonombran de izquierda, progresistas, liberales, de avanzada, de la cuarta transformación (4T), entre muchos otros epítetos. La realidad es que la actuación de la mayoría no corresponde para ninguno de estos conceptos.
Decía recientemente el presidente López Obrador, refiriéndose a la política progresiva de su gobierno “el politiquero, el falseado, el hipócrita no es de izquierda, es conservador, es de derecha”
Qué lástima que las personas que hoy son del grupo gobernante, no hayan entendido esa política progresiva del gobierno federal y cuánta razón tiene la afirmación de que los conservadores están vestidos con el traje de liberal.
La diferencia es que en el Congreso de Puebla solitos se desenmascararon.