26-04-2024 10:04:04 AM

Los Magníficos

Por Jesús Manuel Hernández

 

La respuesta del candidato Miguel Barbosa a los empresarios que lo convocaban a una comparecencia frente a otros candidatos, trae a la memoria una historia.

Hace algunos años Coparmex Puebla auspició el surgimiento de un grupo interno llamado “Jóvenes Empresarios”, cuya misión era llamar, cooptar, a los hijos de los dueños del capital o a los nuevos emprendedores que no sabían sobre los principios y fines de la institución nacida como sindicato patronal.

Jóvenes Empresarios de la Coparmex tuvo éxito, empezó a recibir a los hijos de los dirigentes y jefes de empresa locales, entre ellos a quienes por familia se les veía como herederos de la fuerza empresarial de derecha.

La creación del grupo derivó en el surgimiento de corrientes internas, una de ellas conformada por siete jóvenes, no todos poblanos, con objetivos comunes, influir en las decisiones de la iniciativa privada, colocar a sus pares en las presidencias y direcciones de organismos empresariales y ser puente de comunicación entre la iniciativa privada y el candidato Rafael Moreno Valle Rosas, quien al convertirse en gobernador sería una pieza importante para consolidar proyectos personales, económicos, y de grupo.

Así, Herberto, heredero de apellidos íntimamente ligados a la derecha poblana con intereses económicos y universitarios, fue el eje de la primera camada de esos grupos que además de coincidir en edades y objetivos tenía el gusto por la comida.

Y así, se fueron juntando, hasta llegar a siete, comían todos los miércoles, ahí se hacían las negociaciones, se tomaban los acuerdos en beneficio de todos y eran los interlocutores con el morenovallismo.

Se auto llamaron “Los Magníficos” y su trascendencia fue notable. Alguno consiguió los permisos para construir un hotel en terrenos de su familia, otro una delegación del sector salud, alguno más la presidencia de organismos empresariales que fue cataflixiando con otro de ellos, no poblano, dedicado a la construcción y asesoría legal, de la presidencia de la Coparmex se brincaba a la del Consejo Coordinador Empresarial, siempre a fin a las gestiones y ambiciones presidenciales de Rafael.

No todo fue miel sobre hojuelas, hubo quien se abstuvo de seguir participando, su profesión más cercana a la ingeniería, y un alejamiento con su familia política, le llevó a no asistir más a las comidas de los miércoles.

De los siete magníficos fueron descartándose, además, el ex tesorero municipal y algún activista notable, hoy ausente.

Las repercusiones del grupo restante no fueron del todo buenas, Herberto se creía rector y no lo consiguió, ese fue el primer golpe ante el morenovallismo que se sentía con dos manos dentro de las decisiones de la universidad privada.

El delegado del sector salud perdió la representación, quedaron muy firmes dos de ellos, Treviño y Montiel, los dos grandes magníficos que pretenden poner entre la espada y la pared al candidato de Juntos Haremos Historia.

Barbosa les dijo, “se lo que hicieron el año pasado”, refiriéndose a su participación del lado del morenovallismo, protegiendo sus intereses y avalando el fraude electoral.

Hoy habría que decirles, que no sólo se sabe qué hicieron el año pasado, sino todo el periodo del morenovallismo, y quizá, ese sea el temor de los “Los Magníficos”, que se destapen los negocios hechos al amparo de la representación empresarial.

O por lo menos, así me lo parece.

 

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