El actual proceso electoral se ha convertido en el más violento en la historia del país.
Lo preocupante es que lejos de que las agresiones contra candidatas y candidatos frene, pareciera que continuarán.
Hace algunos años festejábamos que la mujer había logrado la paridad en la participación política con la incorporación al 50 por ciento de las candidaturas, sin imaginar, como sucede hoy, que las autoridades no ofrecerían las garantías suficientes para protegerlas de aquellos quienes sin escrúpulos han atentado contra las y los contendientes a algún puesto de elección popular.
Con una visión de solidaridad y de unidad, surgió el movimiento #AltoALaViolenciaPolitica después de que en menos de 24 horas asesinaron a 4 candidatas que se suman a los más de 100 hombres y mujeres que buscando desde sus diferentes ideologías, un mejor país, terminaron privados de la vida.
Sin importar los colores, nos duele que al menos 17 mujeres en todo el país han sido víctimas de violencia política al grado de asesinarlas, sin contar aquellas candidatas quienes han sido amenazadas, calumniadas o golpeadas a razón de su género y actividad política.
En Puebla, el caso que más nos consternó fue el artero homicidio de Juany Maldonado y Erika Cazares donde a casi un mes de su muerte, no se han aclarado los hechos.
Estos actos de violencia limitan los derechos electorales de las mujeres y genera un entorno de miedo y desconcierto.
En diversos estados del país, quienes participamos en este movimiento, de manera unida y pacifica nos hemos pronunciado porque se frenen todos los actos de violencia política, lo que requiere de trabajar desde una cultura del respeto en los hogares, hasta políticas públicas que garanticen la correcta convivencia en el ambiente de la democracia.
Este tipo de violencia no se limita solo a candidatas y candidatos sino también a políticos en funciones. Tan solo en los últimos meses han asesinado a 50 presidente municipales en funciones, 65 ex alcaldes y 9 ediles electos, dando un total de 130.
Hemos coincidido sobre la urgente necesidad de reconocer que los derechos político-electorales de las mujeres son necesarios para la transformación profunda de nuestra nación.
La igualdad no solo es un tema de mujeres sino también de hombres, quienes han contribuido en la lucha y la persistencia para que la sociedad comprenda que el desarrollo democrático del país implica la participación y apropiación de espacio público y político, en igualdad de condiciones.
Es importante que como sociedad, tomemos conciencia de que la violencia contra hombres y mujeres por razones políticas es real y es grave.
Esperamos que el proceso electoral culmine de manera pacifica, porque es lo que le conviene a México y que sea el voto y no las balas, el que elija a las mujeres y hombres que formarán parte de las instituciones.
Es urgente que nos unamos como mexicanos y que avancemos hacia una sociedad más participativa para no permitir que los violentos secuestren a nuestra nación.
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