22-11-2024 02:25:55 AM

La encuesta de la desesperación

Por Valentín Varillas

 

El mismo día de la encuesta que publicó el periódico Reforma- la que le da un contundente 2 a 1 de ventaja a Andrés Manuel López Obrador y manda a José Antonio Meade hasta el tercer lugar de las preferencias electorales-, circuló también otro ejercicio estadístico que muestra una realidad completamente distinta.

Este sondeo, a diferencia del anterior, no fue manejado en medios masivos de comunicación ni redes sociales.

Se hizo llegar por diferentes vías a un auditorio muy selecto, a un círculo específico que, a pesar de todo, mantiene la esperanza de que el famoso Peje no se convierta en el próximo presidente de México.

Empresarios de “altos vuelos” de todo el país la recibieron ayer mismo.

Es decir, mientras leían el periódico y se desayunaban con una realidad contundente, clara y para ellos incómoda y hasta trágica, se consolaban con elucubraciones refugiándose en sus computadoras o bien en sus dispositivos inteligentes con un escenario mucho más ad-hoc a sus intereses y convicciones.

Y es que, según los realizadores de esta encuesta, POP Group, no hay nada definitivo en lo que a la lucha por la presidencia de la República se refiere.

Sus números muestran una diferencia de apenas seis puntos entre López Obrador (32%) y José Antonio Meade (26%), a un mes del día de la elección.

Para ellos, Anaya es el tercer lugar con 24% de los potenciales votos.

 

 

Y lo explican de la siguiente forma:

“Posterior al segundo debate no es posible ya identificar a un ganador definitivo entre los tres candidatos, por lo que la elección no está definida”

El supuesto crecimiento del candidato priista lo justifican con el comportamiento electoral de los indecisos  y los votantes volátiles:

“Entre el sector de los indecisos, José Antonio Meade es el candidato con el que más afinidad tienen (38%), seguido por Ricardo Anaya (27%), siendo AMLO el candidato con el que menos se identifican (8%)”

 

 

El texto que acompaña a los números –escrito con la misma técnica que un burdo panfleto de campaña- interpreta lo anterior así:

“Estos resultados reflejan un avance en el saldo de opinión de José Antonio Meade respecto a la primera encuesta registrada en mayo. Es decir, Meade se coloca como el candidato más competitivo y claro adversario de AMLO en la recta final de la campaña”.

¿Cómo la ve?

De risa loca.

Y el remate, créame, es realmente apoteósico:

“Al realizar un ejercicio de distribución de las preferencias de los votantes indecisos, a la preferencia bruta, encontramos los siguientes resultados: AMLO (33.1%), JAM (31.3%) y Anaya (27.8%)”

 

 

Así pues, según esta realidad paralela, este mundo virtual de los números y los votos que no refleja una sola de las encuestas serias publicadas en medios masivos, hay un empate técnico entre López Obrador y José Antonio Meade.

Increíble.

Es evidente que se trata de una artimaña para que los sectores afines a Meade no enloquezcan ante su inminente derrota y de plano abandonen el barco a 30 días del naufragio.

Puede ser también que este tipo de encuestas y mensajes distorsionados se utilicen más adelante para justificar un potencial fraude, o bien una serie de maniobras de alquimia electorera que respalden un “comportamiento atípico” del electorado.

Tal vez esto les convenga a sus intereses, económicos o políticos.

Sin embargo, si basados en esta realidad van a tomar decisiones estratégicas, van a caer más rápido y de una manera mucho más pronunciada.

La negación sistemática de la verdad, los está convirtiendo en una especie de grupo de autoayuda, en donde intentan evadirse y consolarse diseñando, difundiendo y consumiendo mentiras.

Allá ellos.

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