Por Valentín Varillas
Víctor Carrancá Bourget podría convertirse en el Fiscal General de la Nación si Andrés Manuel López Obrador gana la presidencia de la República en el 2018.
La invitación fue hecha desde la primera elección en la que participó López Obrador en el 2006 y su vigencia para el próximo año fue confirmada apenas hace unas semanas.
Si así lo desea, el hoy Fiscal poblano -que tiene asegurada su chamba en el estado hasta el 2023- puede ser el perfil que más apoyos de la izquierda tenga, en la terna que el próximo presidente mande al Senado y de la que saldrá el titular de la Fiscalía.
¿Se imagina?
El primer presidente de la República emanado de un partido de izquierda, intentaría llevar al cargo a quien ha operado en Puebla temas que van en contra de los postulados que en teoría defiende esta corriente de la política mexicana.
El caso Chalchihuapan, por ejemplo, y la descarada manipulación de las instituciones para encubrir a los responsables del asesinato de un niño indígena.
¿Y qué tal la persecución judicial en contra de quienes se atrevieron en su momento a defender sus derechos y disentir de políticas públicas que los afectaban directamente?
Fueron muchos y muy variados, en apenas un sexenio.
“Presos políticos” los ha llamado el propio Andrés Manuel en su discurso, en las giras realizadas por territorio poblano.
O el caso de Dulce María Silva Hernández -novia del vocero de Morena, César Yáñez Centeno- encarcelada en Puebla acusada de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El caso fue etiquetado en su momento como “una infamia” por el propio tabasqueño.
Apenas hace unos días, Andrés Manuel acusó directamente al ex gobernador de estar involucrado en la red de complicidades que facilitan el delito de robo de combustible en territorio poblano.
Una implicación demoledora, que seguramente será utilizada para atacar política y mediáticamente el proyecto presidencial de Rafael.
López Obrador ha sido un muy duro y permanente crítico de Moreno Valle, quien tuvo en Carrancá Bourget a uno de sus principales aliados al momento de implementar en Puebla ese estilo tan particular de gobernar que tanto repudia.
¿Y entonces?
La relación de López Obrador con los Carrancá es por demás estrecha y data de varios años atrás.
El propio Víctor, fungió como subprocurador de Averiguaciones Previas y de Procesos Penales en la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal cuando AMLO era Jefe de Gobierno.
El hoy servidor público poblano, también fue parte importante en los procesos de defensa legal de personajes cercanos al Peje como René Bejarano, el famoso “Señor de las Ligas”.
Su padre, Raúl Carrancá y Rivas, fue uno de los más férreos críticos del proceso de desafuero en contra de Andrés Manuel y estuvo involucrado directamente en la definición de la estrategia para su defensa jurídica.
Además, fue él quien presentó públicamente el proyecto de juicio político en contra de los 360 legisladores que votaron a favor del desafuero y quien sumó al tema a profesores eméritos de varias instituciones educativas, entre ellas, la UNAM.
Sin embargo, si existe la congruencia, todo lo anterior no debe ser razón suficiente para perfilar a Víctor Carrancá como Fiscal General de la Nación.
Y es que, el propio López Obrador se ha manifestado siempre en contra del otorgamiento de cargos públicos basados en el amiguismo, el compadrazgo y el pago de favores, razones únicas que justificarían la propuesta.
Por cierto ¿lo sabrán ya en el morenovallismo?
¿Cómo van a reaccionar?
¿O quizás ya reaccionaron?
¿Puede ser el caso Aduna la comprobación de que ya lo saben?
