Por: Jesús Manuel Hernández
La noche del viernes en Puebla se dio testimonio de que a los empresarios, sean del tamaño que sea, les importa más el business que el sentido social de los llamados cuerpos intermedios, los que antes eran representantes de una buena parte de la sociedad civil y los emprendedores.
El acto de cambio de mesa directiva del Consejo Coordinador Empresarial de Puebla fue el escenario donde se manifestó innecesariamente la complicidad entre parte del capital y el deseo de Rafael Moreno Valle por ser presidente de México.
Carlos Montiel, asumió el cargo y dejó el protocolo de lado para permitir que Gilberto Marín Quintero so pretexto de un reconocimiento y regalo al gobernador en lo que fue su última asistencia a un evento de esta índole, le manifestara en voz alta lo que en privado, a sotto voce, se había gestado en los últimos meses.
Impensable que esto hubiera sucedido en el pasado con otros “líderes” del CCE, incluyendo a quienes estaban vinculados con los gobiernos y hasta formaron parte después de la administración pública.
Si había acuerdos se hacían en lo oscurito, donde no se generaba el escándalo, se buscaba un equilibrio de fuerzas contra el poder absoluto del gobernante.
Han pasado los tiempos en que la fuerza moral de los empresarios poblanos estaba por encima de los negocios, del dinero, de la complicidad con el poder político.
Hubo tiempos en que cuando un constructor estaba de líder le buscaron por todas partes si tenía o no negocios con el gobierno para poder tender un puente de plata con él y evitar la confrontación.
Pasó ya la época cuando la voz del presidente del CCE marcaba la pauta de las relaciones con la política y era respetado por buscar el equilibrio. Ahora, con la actitud de Marín, uno de los más importantes empresarios del país, radicado en Puebla y vicepresidente del CCE local, se da una clara muestra de que más que la defensa de intereses comunes prevalece la sociedad en proyectos nacionales.
Y es que por la mente de Rafael pasa una idea: si Peña Nieto tuvo el apoyo público de Grupo Higa o Hermés para buscar la presidencia del país, le hacía falta presumir que los ricos de Puebla están con él en esta misma idea.
¿Qué hubo atrás de estas palabras de apoyo público? Todos voltean al tema de la presencia de Iberdrola en la entidad donde invierte 120 millones de dólares en un parque eólico que ya empieza a dar buenos resultados, las hélices no sólo convierten el viento en energía eléctrica, también en poder político.
O por lo menos así me lo parece.
