Por: Jesús Manuel Hernández
Después de una sesión a puerta cerrada entre dirigencia y operadores del PRI en Puebla, en torno de su delegado, el norteño Rogelio Cerda Pérez, so pretexto de respaldar a Jorge Estefan Chidiac al frente del tricolor hasta el 2018, y pretender con ello acotar los rumores de su salida, de pronto, aparecieron los presuntos responsables de la derrota.
Los priístas no se reunieron para explicar cómo y por qué fueron abatidos en las urnas, más bien buscaron en el changarro de enfrente a los responsables de la operación truncada.
Y sin mencionarlos por su nombre, Cerda dijo que ya está iniciado el proceso de expulsión. “Él decidió irse del PRI sin tener la decencia de presentar su renuncia formal… él y unos primos de él, que también anduvieron trabajando contra nosotros…”.
Evidentemente se referió a Fernando Morales, el hijo de Melquíades.
Alguien preguntó sobre “Chucho Morales”, el tío, y el delegado sacó las armas: “si se llega a probar que el señor traicionó los principios del partido y el activismo del partido, pues será sometido a la Comisión de Honor y Justicia y seguramente será expulsado… Pero del que no hay ninguna duda es de los primos de este muchacho y de este joven que le debía todo al PRI, pues fue el que lo hizo diputado y creo que fue presidente del PRI en algún momento…”.
A un lado de Cerda estaban Estefan, Víctor Giorgana, el compadre de Melquíades, José Luis Márquez, el ahijado de Moreno Valle, Lopez Zavala, Leobardo Soto, Armenta y otros, quienes con su silencio avalaron la declaración.
Además, Rogelio Cerda también citó el caso de José Alarcón Hernández, quien se desempeñaba como delegado de la SEP y quien ha trascendido más como operador electoral del PRI, histórico, responsable de cientos de fraudes contra la democracia, pero que ahora, según afirmó el delegado también ha renunciado al partido que le dio todo, y por el que él dio todo.
Así las cosas para la dirigencia del PRI hay presuntos responsables de la derrota, Fernando Morales y su primo Chucho; no ve el delegado errores en la operación interna, en los operadores de los distritos en el trabajo de los diputados, en las simulaciones y en las ausencias, los culpables están enfrente.
Para Cerda no hubo sabotaje ni voto de castigo.
O por lo menos así me lo parece.
