Por: Rodolfo Rivera Pacheco
Antes que nada, una disculpa reiterada a los cuatro que a veces me leen por no haber estado publicando normalmente esta aburridora columna. La verdad es que la temporada electoral nos absorbió y compromisos demoscópicos en Puebla y otros Estados impidieron que cumpliéramos normalmente con los comentarios de esta colaboración. Pero pues aquí andamos vivitos y coleando.
Y bueno, el título de esta columna obliga a una reflexión que muchos se están haciendo en estos momentos y que muchos amigos me preguntan una y otra vez: ¿Ya todo está decidido en la elección poblana? (lo mismo me preguntan en al menos Veracruz, Tlaxcala o Oaxaca, donde también anduvimos dando lata este proceso, aunque las respuestas darían origen al menos a otras tres largas columnas).
Y mi respuesta (en los cuatro Estados mencionados) es NO. Lo siento, pero yo no veo que todo esté decidido en cuanto a resultados finales de las elecciones en cualquiera de esos Estados y Puebla, por supuesto. Y mi respuesta no es por simple gusto o deseo. Estamos midiendo preferencias en todos lados y lo que yo veo es un muy competido cierre de los principales contendientes, al grado de que faltando solamente 6 días para los comicios, hay nerviosismo e incertidumbre en TODOS los candidatos y equipos de campaña.
Si no fuera así, en Puebla, no estaríamos viendo los tremendos cierres de campaña que está intentando el candidato morenovallista Antonio Gali Fayad. Si no estuvieran inquietos, no seguirían implementando una ya vergonzosa elección de Estado, con todo tipo de excesos, rebase del tope de gastos de campaña, persecución a opositores y ataques tremendos en spots y medios voceros a la candidata del PRI/PVEM/PES Blanca Alcalá.
En algunos momentos veo hasta desesperación por tratar de convencer a como dé lugar a los poblanos de que todo está bien con la continuidad del morenovallismo y que el mal regresará si gana Blanca Alcalá. Seamos honestos, si estuvieran 200% seguros de la victoria como pregonan sus propagandistas, no habría esos niveles de nerviosismo y presiones.
Lo que sí es evidente que en las últimas dos semanas hubo un golpe de timón en la campaña de Blanca Alcalá, que había comenzado con una absurda tibieza, para ahora ya confrontar efectivamente al Gobernador y lanzar críticas puntuales contra los temas que más molestaban a los poblanos provenientes del morenovallismo. El resultado fue palpable… creo que todo va a terminar como comenzó: Con una cerrada competencia entre Gali y Blanca, que se resolverá el día de la elección.
Y es que en el equipo de Blanca Alcalá finalmente comprendieron que había que reconquistar a los poblanos de la capital del Estado, quienes conocemos y hemos sufrido los mayores excesos del autoritarismo del Gobernador. Cuando hubo ese cambio, las tendencias demoscópicas volvieron a modificarse. La verdad no sé si de tiempo de que los poblanos indecisos ahora voten más por Blanca Alcalá, pero de que se volvió a cerrar la contienda, es un hecho.
¿Todo está decidido?
Yo creo que NO. Pienso que el día de la elección podría cerrarse la diferencia entre el primero y segundo lugar y que si Gali ganara por menos de 5 puntos porcentuales, habría el fundado peligro de que el proceso fuera impugnado por el PRI ante el cúmulo de irregularidades e imparcialidades de las que hemos sido testigos por parte del candidato del Gobernador y sus funcionarios.
Este fin de semana vi a un Manlio Fabio Beltrones denunciando por su nombre a Rafael Moreno Valle. Vi a una Blanca Alcalá llamar por su nombre a Rafael Moreno Valle como el autor de la elección de Estado. Vi cierres de campaña de miles de personas abucheando al Gobernador y al PAN. Y veo desesperación y excesos por parte de los operadores morenovallista para ganar a como dé lugar la elección del próximo domingo. Reitero por enésima vez: Eso no es estar tan seguros de la victoria.
La verdad yo no sé si le alcance a Blanca Alcalá y al PRI para ganarle a Gali con el cambio de estrategia (poco tardío, pero llegó). Pero de que pusieron nerviosos a los morenovallistas, es un hecho indudable.
¿Quién operará mejor el día de la elección?
Porque ese es el que va a ganar. Las encuestas NO predicen resultados. Dan tendencias. Y algunos candidatos finalmente entendieron que no son vehículo de propaganda, sino herramientas indispensables para tomar decisiones, afinar estrategias y cambiar lo que no funciona.
¿Alguien quiere tener probabilidades mayores de triunfo para 2018, proceso que YA empezó? No inventen babosadas. Comiencen a medir ya.
