Por: Valentín Varillas
Algo muy extraño está sucediendo con los estrategas y asesores políticos del gobernador Moreno Valle.
En un espacio muy corto de tiempo, han mandado señales encontradas en un par de temas fundamentales para ellos en esta coyuntura política.
Ellos, que se caracterizaron siempre por llevar a cabo sesudos análisis de prospectiva que les permitieron ir siempre un paso delante de sus adversarios y competidores, parecen haber perdido el rumbo en momentos importantes de definición.
Es difícil saber con certeza si son presa del nerviosismo y el descontrol en la recta final del sexenio o bien, han tenido que modificar radicalmente sus planes una vez que se han dado cuenta de la opinión que los ciudadanos hacia políticas públicas e imposiciones operadas en el Olimpo poblano.
Una de las cuestiones “extrañas” que encajan en este contexto tiene que ver con la declaración hecha por el alcalde Tony Gali de que no regresará a la presidencia municipal de Puebla, independientemente del resultado que obtenga en la elección local del 3 de junio próximo.
El tema fue ampliamente difundido por la totalidad de los medios locales de comunicación, lo que le da a la frase nivel de auténtica promesa.
No podrá ya echarse para atrás.
Lo raro es que, apenas hace un par de meses, el Congreso poblano aprobó a sangre y fuego reformas a la Ley Orgánica Municipal que facilitaban el regreso de Gali a Palacio Municipal, si las cosas no salían de acuerdo a lo planeado.
Con el nuevo artículo 52 de esta ley, se le permite al edil pedir licencia hasta con 90 días de anticipación a la fecha de realización del proceso electoral y le da facultades a los diputados para nombrar a su suplente.
Esta “garantía” era considerada hasta hace muy poco como prioritaria en el búnker morenovallista, ya que les aseguraba -en caso de perder la gubernatura- mantener al menos una posición de poder importante desde la cual poder reagruparse.
¿Qué pasó?
¿Por qué al final el cambio de estrategia?
¿Tomaron en cuenta el hecho de que la medida causó rechazo mayoritario entre la opinión pública y publicada?
¿Pensaron que la red de protección confeccionada a la medida del alcalde podía ser interpretada fácilmente como un signo de debilidad o de falta de confianza en la consecución de un triunfo vital para el grupo en el poder?
O quizás es al revés: saben algo que el resto de los mortales no sabemos y que aumenta las posibilidades de amarrar la continuidad del actual régimen, por lo menos hasta el 2018.
Raro, muy raro.
Otro asunto que mostró descontrol en el proceso de toma de decisiones en el centro neurálgico de Casa Puebla se dio después del “arrollador” triunfo de la planilla única que compitió por la dirigencia estatal del PAN.
El plan original, diseñado por el mandatario poblano, consideraba que Martha Erika Alonso debía mantener una conveniente y provechosa dualidad: como Secretaria General del partido y como encargada de la política asistencial del gobierno del estado.
Bajo esta premisa se pensó, diseñó y operó una estrategia de confección de discurso, con su consecuente cobertura mediática.
La ausencia de un impedimento legal para desempeñar ambas responsabilidades era la razón que justificaba la decisión.
Otra vez, la mayoría de los medios poblanos dieron cuenta de lo anterior.
Apenas un día después, el asunto dio un giro de 180 grados.
Ahora, la esposa del gobernador renunciará al Sistema Estatal DIF un día antes de tomar posesión de su cargo partidista, previa presentación de los resultados obtenidos en 5 años de trabajo y “rendir cuentas ante el patronato”.
Nuevamente el descontrol y el consecuente desgaste de recular.
Quizás, en este tema se dieron cuenta también de que este tipo de “decisiones” no son necesariamente las más populares previo al inicio de un proceso electoral.
Sorprende el cambio constante de derroteros en un grupo político acostumbrado a imponer, a aplicar a rajatabla ese estilo tan peculiar de ejercer el poder, tomando decisiones sin importar las consecuencias y mucho menos las opiniones de quienes directa o indirectamente resultan afectados por ellas.
¿Pretenderán vender un gobierno sensible a estas alturas del partido?
¿Habrá quién les crea?
O de plano ya se dieron cuenta, por las malas, de que nadie escapa a las consecuencias de entrar de lleno ya en el otoño del poder.
¿Entenderán a tiempo que el invierno es todavía peor?