Publica Excelsior que utilizar las promociones de meses sin intereses puede ser una excelente opción para adquirir bienes duraderos a plazos sin que ello represente un extra para tu bolsillo.
Sin embargo, debes estar consciente que no porque sean compras a plazos son gratis, o terminar pagando mensualmente lo que hubieras pagado de contado, ya que hiciste varias compras chiquitas, que la final generaron un gran total.
Primero que nada tienes que pensar tus compras y no excederte, recuerda que el crédito no es una extensión de tus ingresos si no un dinero que tarde o temprano tendrás que pagar.
Una confusión constante entre quienes realizan este tipo de compras es que al revisar su estado de cuenta consideran que dentro del pago mínimo ya están incluidas las mensualidades de sus compras a plazos, en realidad al pago mínimo que les solicita su banco se debe sumar la mensualidad de éstas compras.
Si tú eres de los que pagaba el mínimo pensando que con ello no generabas intereses, déjame decirte que con ello echaste por la borda el beneficio que te representó comprar a plazos.
Al no pagar el mínimo más la mensualidad de tus compras a plazos, se comienzan a generar intereses pues tu deuda a meses sin intereses se vuelve ordinaria.
Para tener Presente
De acuerdo con la directiva del banco HSBC, de origen inglés, si decides utilizar tu tarjeta de crédito, durante estas vacaciones, por ejemplo, debes tener presente siempre la fecha de corte y la fecha de pago de tu plástico, así podrás saber hasta cuándo tienes para pagar los consumos que hiciste durante el periodo vacacional.
Algo que es importante revisar, y que en la mayoría de los casos pasamos por alto, es la vigencia de la tarjeta, no te vayas a llevar la sorpresa de que no pasa porque ya venció, por eso recomienda Cristina Cacho, checar tu plástico antes de que la uses.
Las promociones de meses sin intereses no son malas o inadecuadas, lo que está mal es la forma en que las utilizas, tienes que aprender a discriminar lo que compras bajo este formato, para tener sólo lo necesario.
Una forma de lograrlo es entender que cada vez que adquieres algo comprometes tus ingresos, pregúntate
¿Cuánto tiempo estás dispuesto a comprometerlo?