De esta manera, en cualquier proceso de toma de decisiones que se someta al voto de la militancia, llevará mano el gobernador poblano.
Lo anterior no puede ser considerado como “poca cosa”, de cara a las coyunturas electorales que se vivirán en el 2015 y 2016.
Sí, en Acción Nacional no se moverá la hoja de un árbol sin la voluntad de su nuevo dueño.
Pragmatismo puro.
Ricardo Anaya, presidente interino del CEN, fue fundamental para lograr lo anterior.
Se trata de uno de los más recientes, pero más fieles aliados de Moreno Valle.
La operación del mandatario estatal con los distintos liderazgos del partido fue básica para que Anaya amarrara ir en mancuerna con Gustavo Madero en la más reciente elección panista.
Para el morenovallismo, Anaya era fundamental.
A pesar de que desde las arcas poblanas se destinaron cientos de millones de pesos para perfilar a Madero, el chihuahuense jamás logró ganarse al 100 por ciento la confianza de Moreno Valle.
Sabedores de que la máxima maderista en la política es: “primero YO, luego YO y hasta el último YO”, Anaya se convirtió en pieza clave para la defensa de los intereses políticos de Rafael.
Las sospechas se confirmaron cuando Madero decidió escatimar apoyos al gobernador poblano en plena crisis desatada por el caso Chalchihuapan.
El mejor escenario para los nuevos dueños del PAN se dio con la renuncia de Gustavo para buscar una diputación federal y el ascenso por estatutos de Anaya a la dirigencia nacional.
Madero no cumplió acuerdos y fue defenestrado de los quereres políticos del morenovallismo.
Anaya, hoy es un incondicional de Moreno Valle y el visto bueno a las afiliaciones masivas es una prueba contundente de su fidelidad al grupo.
Para darse una idea de la influencia del gobernador poblano en el PAN, le cuento que a la Secretaría de Elecciones del partido llegó —por órdenes de RMV— José Isabel Trejo Reyes, un incondicional de los operadores de Moreno Valle en el CEN y quien llegara con la ascensión de Anaya a la Secretaría General, gracias al apoyo de los nuevos dueños del PAN.
La primera medida tomada por el famoso “Chabelo” fue mandar a hacer encuestas para medir perfiles a nivel nacional y determinar así quiénes se encuentran mejor posicionados para competir por una curul en la próxima legislatura federal
Lo anterior significa que el morenovallismo llevara mano en la selección de candidatos en todo el país.
Imagínese.
Y mientras, los que se asumen como los “verdaderos panistas poblanos” están ya muertos políticamente.
Hoy son un auténtico cero a la izquierda en la toma de decisiones del que hasta hace poco era todavía su partido.
Lloran amargamente su desgracia, pero convenencieramente olvidan que fueron ellos los que le abrieron las puertas al hoy gobernador.
Ellos permitieron desde el principio todas las intromisiones, el desplazamiento, los abusos y la descarada sustitución de la estructura partidista por la personal de Moreno Valle.
“Es el único que nos garantiza el triunfo” —se justificaban.
Yo les pregunto: ¿Qué carajos ganaron en la elección del 2010?
Hoy, simplemente tienen lo que se merecen.
¿Qué diría hoy de su partido Gómez Morín o Efraín González Luna?
¿Y Gutiérrez Lascuráin?
¿Qué tal Ituarte Servín?
¿O Castillo Peraza y el famoso “Maquío”?
Seguramente se volverían a morir, después de vomitar.
